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LA TROMPETA DE JERICÓ

Españoles olvidados X: Isidoro Cabanyes

MILITAR, GENIO E INVENTOR

ÍNDICE DEL POST

    Isidoro Cabanyes

    Un nuevo año acaba de llegar y querría recibirlo dedicando una entrada a otro de esos grandes españoles olvidados. En el de esta ocasión, la capa de olvido es tan gruesa como brillante fue su figura.  Un hombre que supo adaptarse al duro siglo XIX español y cuyo ejemplo nos vuelve a demostrar que pese a la decadencia, seguía habiendo grandes mentes en el país. Como suele pasar, la falta de apoyo por parte de la sociedad de la época fue clave en que hoy no se le recuerde. Pero como veréis, merece un puesto de honor. Estad atentos, pues os voy a presentar a alguien que merece la pena recordar.

    UN MILITAR INVENTOR

    Nuestro protagonista, Isidoro Cabanyes y Olzinellas, nació en Vilanova i la Geltrú en 1843 en el seno de una familia acomodada y con una buena reputación. En la misma había una importante tradición militar, lo que motivó que uno de sus principales caminos lo llevase al ejército.

    Isidoro Cabanyes joven
    Isidoro de joven

    Con catorce años ingresó en el Colegio de artillería de Segovia, durando sus estudios militares hasta la edad de 21 años. Aquí se inició su carrera militar, siendo enviado a varios puestos  donde su capacidad de liderazgo le correspondió el aprecio de sus superiores. De entre sus acciones más destacadas, la primera tuvo lugar al reprimir la sublevación  de San Gil contra la reina Isabel II. Pero la inestabilidad española de finales de los 60 y principios de los 70 del siglo XIX le iban a hacer actuar en más de una ocasión. Tuvo por esta época también varias desavenencias cuando se intentó desmantelar su cuerpo de artillería, teniendo sus más y sus menos con el estamento militar. Y con la llegada de la primera república, dos fueron los frentes en los que tuvo que luchar. El primero para sofocar la rebelión cantonal en Cartagena. Y el segundo en el norte, en las campañas enmarcadas en la tercera guerra carlista. En estas acciones fue ascendiendo y preparándose el terreno para que su genialidad hiciese acto de presencia.

    Tras varios ascensos y con la cierta estabilización interna del país, Isidoro fue trasladado de nuevo a diversos destinos por la geografía nacional. Y fue en ellos donde comenzó su carrera de inventor e investigador, eje central de su vida, perfeccionando sus conocimientos físicos y matemáticos.

    Pero él sabía que en España faltaba apoyo a la ciencia. Como hiciesen tantos otros, viajó por la Europa de la revolución industrial intentando empaparse de un continente que se había subido al tren del progreso científico. Fundamentalmente se inspiró en Francia, país donde también fueron registradas varias de sus patentes.

    Desde finales de 1860 hasta la mitad de la segunda década de 1910, desarrolló multitud de proyectos, algunos pudiéndose catalogar de visionarios. En la siguiente sección os presentaré los más llamativos.

    Y así llegamos al final de sus días, falleciendo en 1915 en San Lorenzo del Escorial en Madrid. Dejaba atrás una muy prolífica vida, habiéndose adaptado a una época de cambios. Demostró, pese a la incomprensión y el abandono, que con tesón las cosas podían llevarse a cabo. Como siempre, cabe preguntarse: ¿qué hubiera pasado si hubiese recibido los apoyos necesarios?

    INVENTOS Y MÁS INVENTOS

    Me voy a centrar en aquellos inventos más llamativos de Isidoro. He de señalar que realizó muchas pequeñas mejoras de índole industrial, que si bien no son grandes inventos, sí que fueron muy útiles para la naciente industria. En la bibliografía os dejo varios enlaces con varias de sus patentes.

    Isidoro cabanyes
    Isidoro Cabanyes final de su vida

    El primero que quiero señalar es un motor de aire comprimido. Su utilidad se encontraba al sustituir el vapor o la tracción animal para realizar tareas cotidianas. Esta máquina permitiría mover ascensores, pequeños vehículos y maquinaria industrial. No está nada mal.

    También patentó un método de fabricación de carbón artificial para uso cotidiano y en pequeños negocios a partir de leña y restos de carbono de fábricas y forjas. Ligado a esto, inventó un generador de aire a partir de gasolina para usarlo como calefacción en hogares y tiendas. Este invento, conocido como fotógeno, también estaba pensado para usarlo como alumbrado seguro en las calles. Pero estas ideas no gozaron de mucho apoyo.

    Pero Isidoro no le dio la espalda a la naciente industria eléctrica. Rápidamente buscó la manera de patentar diversos artilugios que pudiesen suministrar electricidad para alumbrar y mover máquinas. Pero además demostró que también sabía ver la utilidad e incluso las posibilidades de mejora a otros inventos existentes. Diseñó una lámpara eléctrica mixta combinando  ideas de una de arco voltaico y otra de bombilla incandescente, iluminando uno de los talleres donde trabajaba.

    Quizás estos trabajos fueron los que le hicieron llamar la atención del estado y acabase trabajando para el montaje de alumbrado eléctrico. Aunque recabó muchos apoyos y la idea de sustituir el gas del alumbrado por electricidad ofrecía ventajas, no cuajó. Aun así pudo aplicarlo a varios edificios de Madrid.  Tenía ya en 1883 bastante claro que la electricidad iba a ser el futuro.

    También dedicó unos años a crear una batería para la producción de electricidad. La misma fue perfeccionada en varias ocasiones buscándole aplicarla para el uso en tranvías, iluminar teatros o incluso la navegación subacuática. Estas investigaciones tuvieron como resultado la invención de una pila para alumbrar instantáneamente lámparas de incandescencia. La misma ahorraba tiempo y simplificaba el proceso de encendido. Se usó fundamentalmente en el campo militar, siendo condecorado por ello y llegando la patente incluso al Reino Unido.

    cometa voladora
    Cometa voladora diseñada por Cabanyes

    Pero Isidoro también quiso hacer sus pinitos en la aeronavegación. Diseñó una especie de cometa pilotada sin motor. La idea era compleja y aunque la reformuló en varias ocasiones no llegó a buen puerto. Pero de nuevo vuelve a demostrar su carácter visionario, pues intuía que la aviación estaba a punto de nacer.

    Si a todo esto le sumamos que sacaba tiempo para publicar sus investigaciones en revistas y que llamó la atención de otras prestigiosas, podemos afirmar que  estamos ante un espécimen brillante.

     

    ISIDORO CABANYES SE PONE SERIO

    He dejado para el final aquellos inventos  o diseños más espectaculares: un submarino, una torre solar y una máquina para producir rayos.

    Empecemos por esta última. El objetivo era generar un rayo mediante un motor, provocando para ello una diferencia de potencial, siendo guiado el mismo a un punto concreto. Imaginad las aplicaciones militares de esta idea, la cual en concepto me recuerda a la torre de la muerte de Nikola Tesla. Como consecuencia, diseñó varias instalaciones para controlar el estrecho de Gibraltar, pensándose en utilizar el rayo para atacar a barcos enemigos.

    Pero también intentó buscarle un uso civil. En su mente estaba la idea de condensar vapor de agua para lograr producir lluvia. La idea puede sonar descabellada, pero he de señalar que recibió el visto bueno de la comunidad científica española. Le permitieron incluso viajar de nuevo por Europa para ver los adelantos en electricidad y poder adquirir conocimientos más específicos para su máquina. Lamentablemente no he podido encontrar qué pasó con el proyecto, pero supongo que se acabaría desechando.

    submarino cabanyesPasemos ahora al submarino, o más bien al torpedo-submarino. La historia del submarino en España da para un libro. Hubo excelentes ideas, pero ya fuese por la falta de apoyo o incluso por envidias, los proyectos acabaron fracasando. Quien no me crea, que busque información sobre Peral, Monturiol, Cosme García y nuestro protagonista. En 1895, junto a Miguel Bonet, Isidoro presentó un proyecto de torpedero submarino eléctrico. Se trataba de una especie de torpedo tripulado, armado con varios torpedos y propulsado por acumuladores eléctricos. Pero el diseño no quedaba ahí. Ideó novedosos sistemas de renovación de aire y le dio un impulso a un instrumento que sería luego capital: El periscopio. Pero por desgracia, aunque en determinados momentos parecía que tendría éxito, acabó en el olvido. Ya sea por la pugna con Peral, o por los divergentes intereses de la marina española, la idea no cuajó.

    Torre eólico-solar
    Torre eólico-solar

    Y llegamos al apartado de las energías alternativas. Aquí también Isidoro tuvo algo que decir como veréis. De las múltiples ideas, proyectos y patentes, la que más llama la atención es la conocida como torre solar. En un principio su idea era accionar bombas de agua para regadío mediante vapor, a partir de la energía absorbida por unos espejos. Era un proyecto primitivo de estación solar fotovoltaica, muy novedoso para la época. Tras diversos experimentos, en 1902 llegó a la que sería una de sus obras magnas: La torre eólico-solar. La idea era muy simple. La base de la estructura estaba pintada de negro y agujereada, de modo que por la acción del sol acababa calentándose. Este aire caliente ascendía por una chimenea de entre 20 y 36 metros de altura, generándose un movimiento mediante un mecanismo, el cual producía energía.

    Llegó a construir varios prototipos en Cartagena y Madrid y es una pena que la idea cayese de nuevo en el olvido. A modo de curiosidad, señalar que este concepto volvió a utilizarse en los años 80 del siglo XX, casi un siglo después de las pruebas de Isidoro.

    torre manzanares
    Torre eólico-solar construida en Manzanares (Madrid) y basada en la idea de Cabanyes.

    Así que como habéis podido observar, es casi indignante que esta personalidad sea totalmente desconocida al público general. Difundid su vida y obra, pues es la única manera de hacer justicia a estos antepasados nuestros que tuvieron las ideas y la voluntad, pero no el apoyo.

    ¡Hasta la semana que viene!

    BIBLIOGRAFÍA:

    De toda la bibliografía consultada, los dos primeros enlaces son fundamentales para entender la vida y obra de Isidoro. Recomiendo echarle un vistazo profundo.

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