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LA TROMPETA DE JERICÓ

La CIA en España (III): ¿Títeres de la CIA?

INTELIGENCIA SATÉLITE

ÍNDICE DEL POST

    CIA en España

    Seguimos una entrada más con las peripecias de la CIA en territorio español. Si recordáis, en la anterior entrada dejamos el asunto con la firma de acuerdos entre España y los EEUU. Acuerdos que incluían ayuda económica, militar y entre otras cosas, el establecimiento de bases militares estadounidenses en suelo español. Pero también, creaba el marco perfecto para que la CIA introdujese sin problemas a su legión de espías. Y sobre esto va a tratar esta tercera entrada.

    ESPÍAS POR DOQUIER

    Aunque no hay que llevarse a engaño. El número de espías yanquis en la península era importante antes de la firma de estos tratados en 1953. Pero al gozar de una tapadera perfecta tras los mismos usando la embajada, es aquí cuando su número se dispara.

    ¿Sabía Franco que esto estaba ocurriendo? Por supuesto. Realmente no le importó demasiado y dejo bastante libertad a la CIA. En esto entraron en juego varios factores. Por un lado Franco necesitaba el apoyo estadounidense para seguir en el poder y obtener reconocimiento internacional y por otro sabía que este espionaje no comprometería su permanencia en el mismo. Viéndose seguro y apuntalado, pensó que las interferencias yanquis en los servicios de información serían un mal menor y de paso evitaba roces con su principal valedor internacional. Así que hizo la vista gorda  para evitar cabrear al tío Sam…

    Esto no quitó que los EEUU coqueteasen con algunos elementos de la oposición moderada al franquismo, aunque viendo las facilidades que les daba el caudillo español no me extraña que desechasen estas opciones.

    Franco Eisenhower
    Franco y Eisenhower en España (1959)

    Pero de nuevo, Franco era una garantía y en plena guerra fría eso adquiría un especial valor. Por lo tanto, pese al doble juego, se aseguran de que la comunicación con él sea lo más fluida posible. Para ello, solían enviarle militares como los almirantes Sherman y Connelly, el presidente Eisenhower y el general Vernon Walters (del que hablaré más tarde). Ya se sabe, los militares se entiendes fácilmente entre ellos.

    Por cierto, la visita de Eisenhower en 1959 a España fue el definitivo espaldarazo internacional al franquismo. Los yanquis lo justificaron señalando que en caso de ataque de la URSS, los Pirineos se convertirían en el último bastión europeo contra el comunismo, desde el cual se podría lanzar un contraataque. Así que según ellos, la dictadura de Franco era un mal menor frente al riesgo de la URSS. Ya lo sabemos, el límite entre democracia y dictadura lo marcan los puros intereses y el poder de propaganda que tengas…

    LA CAPTACIÓN

    Pero la CIA sabía que por muchos agentes que tuviese en España, nunca podría controlar todo lo que pasaba sin ganarse el favor de españoles bien situados. Y en un país donde el ejército gozaba de una gran importancia, era el caldo de cultivo en el que los yanquis comenzaron a lanzar sus redes.

    Telón de Acero
    Mapa con la división de Europa por el conocido como Telón de Acero. Se puede vislumbrar que en caso de ataque soviético los Pirineos se convertirían en una importante barrera geográfica.

    ¿Cómo plantearon esto los norteamericanos? Y aquí influyeron tres factores. El primero lo encontramos al observar que salvo la alta oficialía, el salario de los militares no era muy elevado durante el franquismo. Un extra de dinero no venía mal y más cuando colaborar con los yanquis no se veía como una alta traición, al considerarse a EEUU como un aliado contra el comunismo (y a no estar perseguido por Franco). El segundo factor lo encontramos al observar el relevo generacional que tuvo lugar en el ejército a partir de los años 60. Los nuevos jóvenes oficiales, con el fin de ganarse un hueco, querían destacar y formarse, siendo atraídos por la diversa oferta formativa que los estadounidenses ponían a su alcance (a modo de cebo). Ligado a esto último, también influyó su apabullante supremacía tecnológica frente a la española, algo que atrajo el interés de muchos oficiales.

    Por lo tanto, sumando estos tres factores, la CIA fue lanzando cebos y pronto se dio cuenta del éxito de los mismos. Pero si esto fallaba, tenían varios ases en la manga. Por un lado el camuflar esta colaboración como en favor de la defensa de Occidente, y por otro la más oscura, mediante chantajes o aprovechando casos en los que las personas se encontraban ahogadas económicamente por diversas deudas. Todo valía.

    US Embassy Madrid
    Embajada estadounidense en Madrid (Calle Serrano). La CIA la usó profusamente para introducir agentes en España.

    ¿Qué querían los yanquis de estos españoles? Fundamentalmente información. Información constante de lo que pasaba en cada uno de los asuntos que le interesaban. A veces no se trataba de divulgar secretos de estado sino saber la opinión de personas clave ante unos posibles hechos (como por ejemplo la llegada al poder de Felipe González o la entrada en la OTAN), saber el estado real del ejército español o detectar posibles focos antiestadounidenses. Pero como os podéis imaginar, esta intromisión resultaba inaceptable. Y como dije con anterioridad, gozó del visto bueno de Franco y de su entorno, los cuales estaban más preocupados en perpetuarse en el poder.

    Por citar algunos ejemplos, se cuenta que los militares españoles captados por la CIA trabajaban hasta las 3 de la tarde (horario oficial español) y posteriormente hacían tareas para los servicios estadounidenses en el mismo puesto de trabajo (pagándole la CIA un sobresueldo). Tareas que a veces los ligaban a los contactos de la CIA con otros países de Europa. Otras veces se hacían misiones de entrenamiento donde tropas españolas estaban presentes (incluso en Europa, algo curioso). Pero la prueba estrella eran los cursos de formación para el uso de aviones o material militar. Se trataba de una serie de tapaderas ofertadas en suelo estadounidense y con una duración que podía llegar al año. De este modo, al aislarse de su entorno a la persona que se pretendía captar, a la CIA le era mucho más fácil realizar su tarea. Esta persona una vez vuelta a España se convertía en un punto clave en el traspaso de información.

    Pero como os podéis imaginar, todo esto no terminaba de sentar bien a algunos mandos militares, los cuales consideraban ridícula la servidumbre y la injerencia yanqui. Esto tendría su consecuencia en la conocida como operación Gino, de la que hablaré en una futura entrada.

    CONTRAINTELIGENCIA SATÉLITE

    Pero, ¿y si os dijera que el papel de la CIA no acabó captando oficiales? ¿Y si llegaron al punto de financiar a los propios servicios de inteligencia españoles? Veamos.

    El soborno a oficiales fue el inicio de un interés por controlar los servicios de inteligencia españoles, léase los existentes en los años 50 y 60, y los posteriores como el SECED y el CESID  e incluso el actual CNI. Y el dinero y la ayuda tecnológica fueron claves en este aspecto.

    De este modo, la inteligencia y contrainteligencia española quedó totalmente subordinada a los EEUU. Se puede decir que hiciera lo que España hiciese (en términos de espionaje), EEUU lo sabía casi al instante.

    Paremos un momento. Como muchos sabéis, la contrainteligencia es un organismo que se encarga de detectar las actividades de espionaje de otras naciones en suelo nacional. Si ésta se hallaba bajo control de una potencia extranjera, os podéis imaginar el panorama. Por cierto, se cuenta que el Mossad israelí también campaba a sus anchas en suelo español pese a que no gozó de las simpatías de Franco.

    Thomas Enders
    Thomas Enders, diplomático y jefe de estación de la CIA en Madrid

    Así que los patrones de actuación de la inteligencia española pronto acabaron estando bajo control de los yanquis. Podría decirse que se trataban de un apéndice de ellos. Cabe preguntarse hasta qué punto esta dependencia y contactos eran en pos de los intereses nacionales, aunque uno puede imaginarse la respuesta. Y esta situación se prolongó a lo largo de los años independientemente de la persona a cargo de la estación de la CIA en Madrid, la cual actuaba a veces con un descaro espectacular. Por dar algunos nombres tenemos a Ronald Estes y Thomas Enders.

    Son muchos los ejemplos que se podrían dar pero permitidme que os cuente uno relacionado con los micrófonos para escuchas. Los mismos llegaron a España de la mano de la CIA y el Mossad en un momento en el que la tecnología espía española dejaba mucho que desear. Conocidos coloquialmente como “canarios”, los EEUU se aseguraron de que cada uno de los que prestaron a los españoles quedase bajo su control. ¿Cómo? Obligando a que uno de sus agentes estuviera presente en su instalación y control. Así que sabiendo dónde y cuándo se instalaban, los EEUU podían saber en cada momento a quién estaban espiando los españoles, excluyéndolos por supuesto a ellos y a los israelíes. Otro ejemplo más de la sumisión y del control del espionaje español.

    VERNON WALTERS, UN HUESO DURO DE ROER

    No querría acabar la entrada sin hablar de uno de los principales agentes estadounidenses en España. Un hombre que estuvo presente en episodios clave del Franquismo y la transición.

    Militar de ascenso meteórico durante la segunda guerra mundial, al final de la misma realiza labores de ayudante de campo del presidente Truman y posteriormente bajo mandato de Eisenhower. Es con este presidente cuando le acompaña en su gira europea para intentar convencer a los europeos de que relajen su oposición a España debido a su importancia geoestratégica. Esto puede observarse en una frase que se le atribuye en la época:

    «Una España hostil, dueña del estrecho de Gibraltar, podía dificultar en gran manera la presencia de la VI Flota de los Estados Unidos en el Mediterráneo y, por ende, el apoyo a Italia, Grecia, Turquía e Israel. Tanto si se quiere como si no, entonces al igual que hoy, la posición estratégica de España era crucial, más aún, indispensable para todo tipo de defensa de Europa y de Oriente Medio».

    Vernon Walters
    Vernon Walters en su visita a España en 1959. Enfrente de él se saludan efusivamente el presidente Eisenhower y el Caudillo español Franco

    Pero su influencia no acabó aquí. En 1959 acompañó de nuevo a Eisenhower pero esta vez a España. En esta visita se le puede ver en una foto en la que se encuentra junto a Franco y al citado presidente estadounidense. Walters se encargará a lo largo de los años de tener bajo control a España y de usar el país como tapadera para los negocios de la CIA, como por ejemplo la red Gladio, el diseño de la transición española o incluso la funesta entrega del Sáhara español a Marruecos, amén de otros acontecimientos algunos de los cuales serán tratado en otras entradas.

    Su importancia se puede observar en que pese a los cambios de presidentes y administraciones (Truman, Eisenhower, Kennedy, Johnson y Nixon), siguió al frente de la situación sin apenas alteraciones. En la red he podido leer que en esto pudo influir su buena relación con otro peso pesado de la política estadounidense: Henry Kissinger.

    Pero a pesar de esto, Walters fue sólo uno de los muchos agentes que la CIA desembarcó en España para tener bien amarrado al país. En esta entrada os quise traer su consolidación y la forma en la que comenzaron a base de dinero, influencias y tecnología a controlar todo lo que pasaba en España. Para las próximas entradas queda por explicar muchas de sus acciones a lo largo del tardofranquismo, la transición y la democracia.

    ¡Hasta la semana que viene!

    Lee otras entradas sobre la CIA en España

    BIBLIOGRAFÍA

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