ESPADAS Y BOMBAS
La CIA vuelve a hacer acto de presencia en el blog. Si en la anterior entrega traté el cómo los servicios de inteligencia estadounidenses colonizaron el país (controlando a su paso hasta la contrainteligencia española), en ésta se profundizarán algunos aspectos de sus actividades en nuestro país.
¿Utilizó la CIA el suelo español como base de operaciones para sus fechorías en Europa? Os podéis imaginar la respuesta pero vamos a indagar un poco más.
GLADIO, LA ESPADA DE LA CIA EN EUROPA
Con el nombre en clave de Gladio se conoce a una red clandestina creada tras la segunda guerra mundial por el MI6 británico y la CIA. Lo que en teoría surgió como una red de información en caso de ataque soviético, acabó convirtiéndose en un instrumento que evitase la llegada de la izquierda comunista al poder en los países europeos fuera del telón de acero.
Pese a diversas investigaciones, en la actualidad se siguen desconociendo muchas de las acciones llevadas a cabo por la misma, pero hay que señalar que estuvo presente en varios países. Por ejemplo, en Bélgica se la conoció como Red Retaguardia, en Grecia como Red Piel de Oveja (Vellón) y en Italia tanto como Gladio como el de Catena (Cadena).
En lo que sí se está de acuerdo es que Gladio estuvo detrás de asesinatos, masacres, cuartelazos y golpes de estado en la Europa de la guerra fría. Además contó con el apoyo financiero y político de los gobiernos de EEUU, Francia, Reino Unido, Italia y España. y el respaldo de la OTAN.
De todos los lugares con presencia, es en el país italiano donde se encuentran las mayores acciones de la misma, acusándole de ser responsable del periodo conocido como “los años del plomo”. En ellos, con el fin de evitar la llegada al poder del partido comunista italiano, se acusa a Gladio de haber llevado a cabo atentados de falsa bandera (con varias masacres de por medio), asesinatos, intentos de golpe de Estado (como el del general Giovani de Lorenzo en 1954 y el de Valerio Borghese en 1970), además de la violación de las leyes italianas en lo referente al transporte de explosivos y armas o incluso a la utilización de fondos nacionales para sus actividades. En definitiva, una corrupción ligada a la CIA y la OTAN con un reguero de sangre más que apreciable.
¿Tuvo España que ver algo en todo esto? Lamentablemente, jugamos un papel en estos sucesos.
GLADIO Y ESPAÑA
Lo primero que hay que recordar es la potente captación y control del espionaje español por parte de la CIA. Los servicios de información españoles se encontraban tan controlados por la CIA que rara era la información que no llegaba a éstos últimos. Si además añadimos que España apenas tenía control sobre las bases militares yanquis en suelo nacional, es fácil imaginarse la libertad de acción de la que gozaron los espías estadounidenses.
Pero no nos engañemos, pese a que el papel de España pueda verse como el de un satélite, los estadounidenses encontraron excelentes colaboradores a su causa. Y con la red Gladio no iba a ser menos.
Podría decirse que el papel español en esta red fue doble. Por un lado, se creó una red de informadores que permanecería durmiente hasta que fuese necesario su uso. Era lo que también se conoció como la red “Stay Behind” (permanecer atrás o en la retaguardia), otro ejemplo más de organismo destinado a organizar actos partisanos y redes clandestinas en caso de ataque soviético. Como veis, nombres distinto para el mismo fin, supongo que buscando así que fuese complejo desenmascararlas.
Por otro lado, Gladio utilizó España como “piso franco”, es decir, como lugar de entrenamiento de unidades o de asilo y ocultación de personas en el caso de que fuesen buscadas por la ley en Europa. Por cierto, esto no era la primera vez que se hacía en España, pues el franquismo ya lo hizo con huidos nazis como León Degrelle y Otto Skorzeny entre otros.
En ambos casos, se dice que el SECED español (Servicio Central de Documentación) y posteriormente el CESID (Centro Superior de Información de la Defensa), coordinaron los movimientos de Gladio en España, sobre todo a finales de los 60 y en los años 70.
Respecto al entrenamiento de tropas, Alberto Bolo, un coronel italiano de la época, señaló que la CIA operaba un campo de entrenamiento de Gladio en Maspalomas, en la isla de Gran Canaria. En el caso de ser cierto, sería otra injerencia más de los Estados Unidos en suelo español.
EL PISO FRANCO ESPAÑOL
Como ya mencioné antes, Gladio utilizó España como refugio de grupos paramilitares. La mayoría de estos grupos eran de ideología ultraderechista, algo que encajaba con los ideales políticos de las autoridades españolas.
Y de todos ellos, los italianos fueron los más numerosos. Los mismos, recalaban en la península tras realizar sus atentados o acciones subversivas en Italia. Algunos como medida preventiva para no dejar rastro y otros con el fin de evitar una condena. En ambos casos la CIA y elementos italianos proclives a la misma se encargaban de suministrar los medios para que recalasen en suelo español.
Se está de acuerdo en que Barcelona era generalmente la primera parada, lugar donde pasaban a estar protegidos por la policía y los servicios de información españoles, los cuales se encargaban a su vez de darles una nueva identidad. Esta seguridad acabó permitiéndoles que España se convirtiese en la base de operaciones de sus ataques en suelo italiano, siendo frecuente los contactos entre los diversos miembros, los cuales con total impunidad se paseaban sobre todo por Madrid y Barcelona.
Entre los nombres que se pueden citar, señalar que el militar Valerio Borghese, conocido como el Príncipe negro y que mencioné antes que dio un intento de golpe de estado en 1970, vino a refugiarse a España. Curiosamente 4 años más tarde murió en Cádiz en extrañas circunstancias, lo que no deja de mostrar el peligro de pertenecer a estos grupos clandestinos. También se dio asilo a miembros del fascismo internacional, los cuales solían utilizar España como punto de encuentro, ya que en otros lugares de Europa o se les buscaba o no se les hubiese permitido.
Pero según la obra de Alfredo Grimaldos, la CIA en España, estos grupos también realizaron algunas acciones en la península, como por ejemplo asesinatos de otros miembros de Gladio con los que también hubo disidencias. Para evitar un escándalo, se sacó a esta gente del país sin que se llamase la atención, en otro ejemplo más de la huella de Gladio (o en este caso Catena) en España. Además, en la localidad española de Olivenza (fronteriza a Portugal), se asesinó al general portugués Humberto Delgado. El militar, contrario al régimen dictatorial portugués de Salazar, fue citado allí en 1965 con la excusa de reunirse con otros militares disidentes. La cita, fue una trampa urdida por la CIA y los servicios portugueses, los cuales veían a Humberto como un peligro que podía arrastrar a Portugal al comunismo. Otra baja más a la lista.
GLADIO Y LA TRANSICIÓN
Pero la llegada de la transición no frenó la actividad de Gladio. Es más, lo que provocó fue que la red ampliase sus trabajos sucios dentro de España. Se ha dicho que los servicios secretos españoles utilizaron a elementos italianos violentos, al más puro estilo mercenario, para llevar a cabo atentados, provocaciones y guerra sucia contra ETA y el GRAPO (con el conocido como GAL, Grupos Antiterrorista de Liberación). Entre las múltiples razones que se dan al respecto, la más repetida era que se buscaba el desorden para que la situación acabase en un golpe de estado militar y se evitase así la apertura de España y por tanto la posible llegada al poder de elementos comunistas (recordemos que en los 70 la URSS seguía viva).
Entre ellos, se pueden citar los sucesos de Montejurra, donde una celebración carlista acabó con un muerto y varios heridos, el atentado en las oficinas de la revista satírica El Papus y la muy conocida matanza de abogados en Atocha, además de otros. En la mayoría de estos hechos se piensa que estuvo detrás el teniente general Andrés Cassinello, al cual se le relaciona también con múltiples asesinatos de la red Gladio.
En definitiva, una vez más queda patente que la CIA utilizó el suelo español para sus negocios sucios en Europa, contando para ello con el beneplácito de las autoridades españolas. Por cierto, pese a que son diversas las personas que la han investigado, es aún muy poco lo que se sabe, pues como podéis imaginar, los gobiernos se han ido encargando de tapar todo esto ya que supongo que salpicaría a más de un alto cargo.
LA BOMBA DE PALOMARES
Estoy seguro de que muchos conocéis lo que ocurrió en esta pedanía del municipio almeriense de Cuevas de Almanzora. En 1966, mientras repostaba en vuelo un avión estadounidense B-52 cargado con 4 bombas atómicas, sufrió una colisión con la aeronave que lo repostaba y las bombas cayeron a tierra. Por fortuna, en ninguna se dio la reacción nuclear, aunque varias liberaron su carga radioactiva.
Automáticamente los estadounidenses establecen un cordón de seguridad evitando que nadie se acercase a la zona. Resulta llamativo que pese a que los acuerdos bilaterales entre España-EEUU prohibían sobrevolar territorio español con material nuclear, nadie proteste.
España se limita a dar las máximas garantías a los estadounidenses para encontrar las bombas sin injerencias, aunque es cierto que les piden que descontaminen la zona. Para ello, los yanquis llevarán a cabo la operación Broken Arrow (Flecha Rota), llegando a limpiar y a llevarse a territorio estadounidense suelo de un área que abarcó los 25.000 m² (unas 1700 toneladas de suelo). Meses más tarde, con el fin de demostrar que la zona había sido limpiada, el político Manuel Fraga y el embajador estadounidense Angier Biddle Duke, se bañan en las aguas de Palomares. O no, pues son múltiples las teorías que señalan que escogieron otra playa para tal fin.
Pese a que las autoridades yanquis, usando por supuesto a la CIA, intentaron determinar hasta qué punto este incidente podía afectarles y qué uso haría España del mismo, pronto se calmaron. Las autoridades españolas colaboraron y se encargaron de silenciar el suceso (algo que se puede afirmar que perdura en la actualidad). Pero, con el fin de evitar filtraciones y posibles problemas en un futuro, EEUU decidió indemnizar económicamente a aquellas personas que se hubiesen visto afectadas por los hechos (más bien pareció un soborno con el que cerrarles la boca). Para ello por un lado financiaron el conocido como proyecto Indalo, cuyo fin fue el analizar los efectos de la radioactividad en la zona y por otro establecieron los mecanismos para la petición de tales indemnizaciones.
Como hecho curioso, señalar que los afectados pidieron unas sumas de dinero disparatadas al gobierno estadounidense, llegando incluso España a intervenir (ya se sabe, para mucha gente era como dinero caído del cielo y nunca mejor dicho).
Pero lamentablemente, Palomares nunca se limpió. Hace unos años, un mapa radiológico en 3D mostró que la zona sigue teniendo unos niveles de contaminación por encima de la media y esto motivó la petición a los EEUU de limpiar de nuevo el área. En principio aceptaron, pero de nuevo la falta de información y transparencia al respecto vuelve a generar dudas sobre si realmente se han tomado las medidas necesarias en la zona.
¡Hasta la semana que viene!
Lee otras entradas sobre la CIA en España
BIBLIOGRAFÍA
- Alfredo Grimaldos (2006), La CIA en España: Espionaje, intrigas y política al servicio de Washington. Editorial Debate.
- Anna Grau (2011), De como la CIA eliminó a Carrero Blanco y nos metió en Irak. Editorial Destino.
- Entrada sobre Gladio en España
- Artículo sobre Palomares del periódico El Mundo
- Entrevista a Andrés Cassinello en El País