Tras casi un mes por tierras teutonas y con unas elecciones nacionales que acaban de celebrarse hace unos días, he podido observar en Alemania cosas curiosas. Desde España se vende al país teutón como extremadamente rico, superinfluyente en Europa y con una presidenta que estrangula a los países del sur del continente europeo con una soga hecha a base de deuda. Aunque muy posiblemente haya parte de razón en estos argumentos, quiero hacer dos matizaciones:
Alemania es un país económicamente más poderoso que España, pero eso no indica que las nuevas generaciones vivan a lo grande. El nivel medio adquisitivo es a primera vista mayor que en España, pero realmente muchas familias y jóvenes poseen minijobs, que es un nombre bonito inglés para pagar en muchos casos una cantidad irrisoria con unas condiciones laborales malas. Un minijob, si lo extrapolamos a España será el típico contrato basura que actualmente abunda en el mercado. La diferencia a lo mejor radica en el número de horas, pero al final por lo que me han contado varias personas, el salario por hora de un minijob tipo alemán es parecido al salario por hora de un empleo basura español. Es decir, existen ambas ofertas en el mercado laboral de ambos países, sólo que en Alemania los minijobs están muy aceptados en la sociedad (o al menos no sorprenden como algo nuevo) y en España los minijobs (muy comunes en los meses de verano) están acogiendo empleos que antes eran mejor valorados y remunerados (la ley de la oferta y la demanda en estado puro sumada a la implacabilidad de las cúpulas empresariales españolas). En Alemania, la alternativa al minijob (entendida como empleo a tiempo completo) es más numerosa, aunque en boca de varios alemanes no es mucho menos tan excepcional como la pintan en España.
Respecto al país en general, he oído a alemanes quejarse sobre su economía y criticar el funcionamiento de su país. La sorpresa en mi cara ha sido mayúscula al oír este tipo de comentarios, y tras salir del asombro he preguntado cómo se pueden quejar de su economía, cuando en países de su entorno como España la tasa de paro es brutal, la destrucción de los servicios públicos es de película y el funcionamiento del país se ve interrumpido casi a diario por casos de corrupción. Y es en este punto donde me di cuenta de una cosa. Sea como sea, tendemos a quejarnos y a no valorar lo que tenemos, mirando siempre al vecino o a alguien que tiene mucho más (si sirve como motivación para mejorar perfecto, pero en este caso dudo que lo sea). Mis quejas sobre España podrían ser escuchadas por alguien de un país del tercer mundo y comentarme lo mismo que yo les he recriminado a ciertos alemanes. Así que al final, se vuelve a demostrar que siempre nos quejamos de nuestra situación a pesar de lo “relativamente estable y cómoda” que pueda ser (y lo pongo entre comillas porque realmente hay mucha gente en España que lo está pasando muy mal). Y este estado general de quejarse crea un ente de negatividad alrededor que impide que podamos ver soluciones que mejoren de modo directo o indirecto nuestra calidad de vida.
Para finalizar, quiero dedicar un párrafo a la canciller alemana, que si nada cambia va a estar en el cargo un total de 12 años, salvo que decida presentarse de nuevo en un futuro. Merkel, al igual que Rajoy, no son más que muñecos al servicio de intereses que en muchas ocasiones escapan a nuestra vista. Detrás de la canciller hay lobbys que son empresas de armas, bancos, farmacéuticas, industria del motor y demás empresas que moldean su conducta y decisiones. La diferencia está por un lado en que el poder político de Merkel es muy superior al de Rajoy (debido a la debilidad política española) y por otro lado en que en España se presenta a Merkel como la enemiga con el fin de tapar una gestión lamentable por parte de ambos partidos políticos principales. Y que conste que no defiendo a la canciller, pues sí que es verdad que podría tener más cuidado en sus declaraciones o sus actuaciones para con los países del sur de Europa.
Por lo tanto, sé que corren tiempo difíciles, pero si la humanidad algo ha demostrado, es que en estos momentos se agudiza el ingenio y surgen fuerzas de donde no las hay para luchar y salir adelante.