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LA TROMPETA DE JERICÓ

Escoceses, catalanes y españoles

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Durante las últimas semanas hemos sufrido un bombardeo mediático por la consulta con carácter independentista que tuvo lugar en Escocia. No hubo medio de comunicación que no detallase información sobre los sondeos, sobre qué significaba que ganase el sí o el no y claro está, los efectos que el resultado podía tener en otros movimientos nacionalistas (concretamente en Cataluña). Tras muchos días de políticos ladrándose, de empresas y bancos amenazando con marcharse y de elucubraciones que iban desde las moderadas a las más absurdas, el pueblo escocés dio un veredicto: Quería seguir formando parte de la “Union Jack”.

Los escoceses acabaron por no fiarse de las promesas de crecimiento económico y riqueza de sus políticos (basado principalmente en que el país posee reservas de petróleo) y prefirieron hacer gala del refrán “más vale malo conocido que bueno por conocer”. A pesar de la victoria del “No”, el gobierno británico temiendo movimientos similares en el futuro en otras regiones, habló de arrancar la máquina que acaba dando mayor autonomía a sus territorios que lo conforman. El tiempo demostrará el éxito o no de estas actuaciones.

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Como mencioné antes, el referéndum escocés tuvo en España una importancia mucho mayor que en otros países. El paralelismo con la situación de Cataluña era más que evidente. Aun así, Cataluña y Escocia por muy parecidas que se quieran vender, presentan grandes diferencias tanto a nivel territorial como a nivel económico y cultural. No basta con extrapolar un caso a otro, pues los condicionantes que han motivado uno y otro movimiento han venido difiriendo a lo largo de los siglos. Para ver las similitudes y diferencias entre ambos procesos, os dejo un enlace.

Pero evidentemente las comparaciones se tenían que dar. Y resultan muy curiosas algunas reacciones, las cuales me recuerdan al análisis de un partido de fútbol. Los que “ganan” alaban su calidad y los que “pierden” señalan otros factores externos. Escocia y su referéndum han sido un ejemplo perfecto para que los políticos catalanes “invitasen” al gobierno central a permitir una consulta sobre la independencia, señalando que eso reflejaría la salud democrática del estado español. Si uno observa, el resultado escocés no ha cambiado en un ápice las demandas soberanistas, las cuales se han manifestado a modo de protesta cuando el tribunal constitucional anuló la llamada a consulta realizada por las máximas autoridades de Cataluña.

Inevitablemente todo esto nos lleva a la misma pregunta. ¿Qué debe hacer un gobierno democrático? ¿Debe asegurar su territorio nacional o debe permitir unas medidas que partiendo del deseo popular regional pueden que le lleven a su fragmentación y por lo tanto empequeñecimiento?

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A lo largo de mi vida he tenido la oportunidad de debatir con catalanes sobre el asunto de la independencia. He oído de todo. Algunos me señalaban que el estado español era muy opresor y que se sentían en una dictadura fascista la cual aplasta a Cataluña y le impide crecer. Otras más moderadas me señalaban que fuesen parte de España o no, ambos se necesitan mutuamente. Personalmente dudo mucho que el estado español sea opresor respecto a esta región. Si lo fuese, el catalán como idioma estaría prohibido, Cataluña no tendría un acuerdo económico estatal tan ventajoso y unas competencias tan descentralizadas. Ahora bien, del mismo modo que digo que no es un estado opresor, tampoco digo España sea un estado modelo en su trato a Cataluña, pues personalmente creo que algunas veces no se han tratado las cosas con el cuidado necesario.

De entre todas las preguntas que he hecho a lo largo de la entrada, hay dos que inciden directamente en la población y en el futuro de Cataluña:

¿Puede Cataluña sobrevivir sola con garantías? Es imposible responder a esta pregunta. Hay opiniones para todos los gustos. Algunas señalan que al ser España el principal mercado de los productos catalanes, eso haría daño a sus exportaciones, le haría buscar nuevos mercados y si eso fallase sería necesario que Cataluña derivase hacia convertirse en un paraíso fiscal para atraer financiación. Al igual que en Escocia, algunas compañías ya han mostrado su deseo de abandonar su sede fiscal en Cataluña si la independencia se llevase a cabo. ¿Pero es cierto todo esto? Otros economistas aseguran que si la independencia no implica salirse de la Unión Europea, Cataluña estaría en igualdad de condiciones para vender sus productos en Europa y que podría sobrevivir sin problemas.

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¿Sabe la población catalana lo que significaría ser independiente? Esta pregunta es vital a la hora de definir la independencia. ¿Hay muchos catalanes que se están dejando llevar por la idea de un país nuevo, de lo bonita que luce una bandera o de himnos o canciones que hablan de hermandad? El nuevo panorama político que surgiría tras la independencia puede que no fuese el mismo que actualmente le están vendiendo o que incluso les afectase a sus bolsillos al tener que reconfigurar totalmente el sistema de impuestos. Todo esto podría desembocar en un fuerte desengaño. Y esto no pasa sólo con el asunto Catalán, pues en más de una ocasión los sueños políticos de grandeza han acabado en burdas adaptaciones tan alejadas de lo soñado que hasta han provocado la aparición de un movimiento fuerte contrario a la misma.

Toda nación que quiera nacer (Y Cataluña no es una excepción), recurre al pasado para buscar héroes y necesita de una base cultural importante. Yo soy de la opinión de que la cultura ha de respetarse, y por lo tanto creo que tanto el idioma como la intensa literatura escrita en catalán deben de respetarse. Destruyendo la cultura uno tiende irremediablemente a destruirse a sí mismo. Por eso no comparto las opiniones que señalan que se debería prohibir el catalán o la venta de libros en este idioma (resulta paradójico, pero estas medidas ayudarían sólo a que aumentase el deseo por este idioma). Pero respetar la cultura y la historia debe de incluir el apartado de no inventársela. Algunas veces, la historia catalana ha sufrido unos “retoques” para hacerla más gloriosa y atractiva y para desligar su influencia y pertenencia pasada en España.

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Cataluña ha estado unida a España durante siglos, y en ellos se ha podido ver de todo: Catalanes luchando y muriendo por un monarca español, catalanes luchando por ser independientes, catalanes traidores a ambos bandos (lo mejor y lo peor como es lógico). Y esto también se aplica a las relaciones entre la monarquía española y Cataluña. A lo largo de los siglos ha habido tanto grandes ejemplos de solidaridad como de enemistad (por mucho que cada grupo quiera recordar solo una parte). A modo de ejemplos, se podría citar cuando estando España y Francia en guerra en la conocida como guerra de los treinta años, Cataluña se sublevó (sublevación conocida como Els segadors) y cambió al bando francés. Este hecho no sólo provocó una guerra abierta, sino que acabó con la pérdida de territorios del Rosellón y la Cerdaña (que pasaron de formar parte de la región de Cataluña al estado francés, por lo que esta traición incluso les afectó a ellos). Y en el otro “bando”, siempre recuerdo cuando el general Espartero (del que se decía que era un títere del Reino Unido) en el siglo XIX bombardeó las industrias textiles catalanas porque le hacían competencia a las inglesas (sencillamente terrible).

Pero, ¿y si todo este proceso independentista fuese sólo una cortina de humo por ambas partes políticas? ¿Y si nos estuviesen manipulando para desviar nuestra atención de otros problemas mayores? Estas preguntas me las hago frecuentemente. Si uno se pone a pensar fríamente, llega a la conclusión de que a la clase política de ambas corrientes este tema le viene bien por varias razones. Por un lado, el presidente de España queda como defensor del territorio nacional ante el resto del país (algo que le reportará votos y prestigio) y por otro el presidente de la Generalitat catalana se luce alegando que él se deja llevar por el sentimiento de su pueblo (ganando también prestigio y votos). Y mientras las masas quedan movilizadas criticando a España o Cataluña, éstas no se fijan en los terribles casos de corrupción que asolan a muchos de estos políticos, en los recortes y subidas de impuestos que están llevando a cabo y en definitiva, en todas aquellas acciones que los alejan de ser los políticos “tan excelentes” como ellos se empeñan en tildarse. Pensado así, es un chollo porque con muy poco esfuerzo consiguen un resultado muy efectivo.

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Por esto y por todo lo mencionado con anterioridad, me gustaría señalar que debemos ser muy cautos a la hora de actuar de un modo u otro. El dejarse a llevar puede ser una opción recomendable a veces, porque es cómodo, rápido y no necesita un gran esfuerzo pero puede meternos de lleno en un bucle de manipulación del que luego resulte difícil salir. España y Cataluña se necesitan, y dividirse solo provocaría el empobrecimiento de ambas y eso en un mundo como el actual puede ser vital a la hora de sobrevivir a la larga como estado. Por lo tanto por esta razón y sabiendo que hemos convivido juntos durante muchos siglos, no estoy de acuerdo con la independencia de Cataluña y pienso que la cultura catalana puede desarrollarse en todo su esplendor sin necesidad de ser un país nuevo. Claro está, respeto las opiniones contrarias y si surge un debate razonable, siempre estoy abierto a tratar el tema.

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Comentarios (0)

Pienso que Escocia representa mucho para el Reino Unido y por eso la campaña del miedo hacia el sí fue intensa y efectiva. Aún así creo que el movimiento independentista escocés puede salir airoso en un futuro referéndum soberanista porque el hecho de pasar del 40% de los votos representa un resultado respetable para un movimiento de tal envergadura. Ahora creo que los resultados son buenos para los escoceses en el sentido de que comptomete al Reino Unido a darle más autonomía a Escocia.
En relación a Cataluña creo que sería terrible su separación de España porque creo que una independencia resultaría una hecatombe económica para ambas partes. Aún así apoyo la autodeterminación de los pueblos a escoger su propio estatus político porque es parte integral de la democracia a que todos debemos aspirar.
Me gustó leer este artículo, lo felicito porque le da una visión justa y seria sobre los eventos políticos y sociales que ocurren en nuestro mundo

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Muchas gracias por el comentario. Lamentablemente el asunto Cataluña-España es utilizado por los políticos y los medios de comunicación para intentar justificar cada uno posturas de lo más radical. Aún así y como señalas, la independencia sería un lastre para ambas zonas y debilitaría enormemente sus capacidades de respuesta económica. Muchas gracias de nuevo por el comentario y mucha fuerza con tu blog, el cual estoy empezando a leer semanalmente 🙂

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