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LA TROMPETA DE JERICÓ

Melilla, el sueño tras la valla

ESPAÑA, MARRUECOS Y LA VALLA DE MELILLA

ÍNDICE DEL POST

    Tras mucho pensar sobre el tema a tratar en esta semana, he decidido realizar una reflexión aderezándola con un toque crítico y lanzando unas preguntas al final. Y es que el tema es lo suficientemente serio como para ser tenido muy en cuenta en nuestra sociedad, y concretamente en España.  Se trata del asunto de la inmigración desde países del continente africano a Europa, y especialmente a España. Este tema cada cierto tiempo es anunciado a bombo y platillo por los medios de comunicación, quienes lanzan un debate donde apenas analizan el problema en sí, provocando que muchas personas se enzarcen en eternas discusiones que al final ponen de manifiesto que no se llega a ningún lado. Concretamente en las últimas semanas se han venido mostrando noticias en los medios consistentes principalmente en el salto de vallas fronterizas con el fin de entrar en territorio español en la ciudad autónoma de Melilla, en el norte de África_40757832_ceuta_melilla_map203. Aunque hay que señalar que esta no la única forma, ya que casi diariamente son muchas las personas que intentan cruzar la frontera tanto por las aduanas como a bordo de ese cascarón de nuez que llaman patera. Todos estos intentos y llegadas provocan muchas reacciones, desde las poco políticamente correctas hasta los topicazos, siendo rara la ocasión en la que se ponen todas las cartas sobre la mesa para realizar un análisis realista, por crudo que pueda ser. Antes de llegar al salto de la valla en sí, es indispensable analizar los motivos que mueven a esas personas a arriesgar sus vidas en largas travesías por tierra y mar.

    EL ORIGEN

    Creo que en la mente de todos tenemos la idea bien concebida de la pobreza que existe en muchos países del continente africano. Son muchas las campañas de las ONGs que muestran imágenes de niños esqueléticos y muchas las películas que desarrollan el problema de las dictaduras y las guerras civiles en esos países. Si uno analiza África desde el punto de vista de los recursos naturales, sorprende el contraste de ricas reservas con altos niveles de pobreza. Y es aquí donde entra en juego la miserabilidad humana. Desde que el proceso de la colonización conquistase el continente entero hace siglo y medio, África ha carecido de identidad nacional propia. No hay nada más que ver la forma de las fronteras de estos países y compararlas con la de los países europeos. El fuerte desarrollismo industrial motivó la colonización de estos territorios africanos y que conceptualmente se transformasen en almacenes de recursos para las metrópolis de países como Francia, Gran Bretaña, Portugal, Alemania, Bélgica, Italia y España. Pero África además aportó recursos humanos en forma de soldados que dieron sus vidas en multitud de conflictos, a destacar las ambas guerras mundiales. El proceso descolonizador fue presentado diplomáticamente como el resultado de las aspiraciones nacionales de los pueblos que antaño habían sido colonizados. Pero poca gente se plantea el por qué las nuevas fronteras son casi idénticas a las antiguas coloniales, cuando en muchos países cohabitan tribus cuya enemistad (que en algunos casos se remonta a siglos) hace que el gobierno del país sea cuanto menos complicado. Pero la independencia no trajo la “libertad económica”, sino que tras este periodo de control directo llegó el neocolonialismo. Ya no era necesario mantener grandes cantidades de soldados y técnicos en esos países para dominarlos, bastaba con financiar a algún militar o dirigente que pudiese hacerse cargo del país y pagar sus deudas entregando los recursos a un precio ínfimo. Es decir, hipotecando el presente y el futuro del continente, que crece poblacionalmente a pasos agigantados.

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    Sí un país tiene la suerte (o mala suerte en este caso) de tener diamantes, petróleo, coltán, gas u otros recursos que puedan abastecer a un país, inmediatamente se convierte en el centro de intrigas bélicas, y guerras civiles que son presentadas en nuestros medios de comunicación como conflictos lejanos y alejados de toda influencia de los países “civilizados”. Y si algún líder decide dejar de seguir las directrices de las grandes corporaciones que los pusieron en el poder, inmediatamente un supuesto golpe de estado lo quita de en medio. ¡Ah! Y si geoestratégicamente interesa dividir un país para repartirse sus recursos, basta con presentárnoslo como un avance hacia la “democracia” (si no, que se lo pregunten a Sudán). Todas estas inestabilidades, dejan una deuda descomunal en estos países, que se convierte en una lacra que impide su crecimiento y el aprovechamiento de sus recursos.  Total, que a costa de dejar un continente en la miseria, las grandes corporaciones obtienen materias primas a precio irrisorio, dejándoles un beneficio final astronómico. Y cuando la cosa se pone excesivamente mala, el ciudadano medio envía su apoyo económico con el fin de paliar una situación catastrófica, sin saber que en muchas ocasiones, su dinero acaba en los bolsillos de los líderes militares y sus guerrillas, habiendo en otros casos un mercado negro de los alimentos enviados, fruto de una vastísima corrupción.

    Y aquí es donde entran en juego las ganas muchas personas de cambiar su situación por una mejor, más estable y alejada de la crueldad de guerras, hambrunas y muerte. Y esta idea de cambiar es sólo el principio.

    EL VIAJE

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    Los intermediarios no podían faltar en este viaje. Ellos aunque en muchos casos pueden ser familiares de otros que quieren cambiar su residencia, hay una figura que predomina por encima de todo: Se trata de las mafias. Las mafias son las encargadas de generar un beneficio a costa de traficar con seres humanos, tanto físicamente como con sus ilusiones. Son ellas las que presentan a los países europeos como paraísos terrenales, mostrando por ejemplo en la televisión la cantidad de dinero que se puede ganar en concursos, y la estabilidad de habitar en ellos. Aunque es cierto que comparado con sus países de origen cualquier país europeo mejora con creces la calidad general del suyo, no muestran la pobreza que también se da i las dificultades económicas actuales de países como España. Aún así, estas personas son engañadas, asegurándosele una facilidad para prosperar y un lugar donde comenzar una nueva vida llena de comodidades. Resulta espectacular las altas cantidades económicas que estas personas deben pagar para poder ser transportadas a lugares con los que intentar su acceso a España y Europa (se habla de varios miles de euros, llegando a cantidades tan brutales como 6000 euros). En mí surge la pregunta de cómo estas personas son capaces de acumular tales cantidades en países donde la miseria es elevada. Ni pensar en la cantidad de años o en la de sacrificios personales que han debido realizar para ello. Pero ¿quiénes son estas mafias? Aunque pienso que es muy complicado ponerles nombre y cara, podemos hablar de varias mafias. Por un lado están las captadoras, encargadas de “reclutar” personas  para que previo pago de las enormes cantidades mencionadas y por otro están las “transportadoras” encargadas de transportar personas desde el oeste africano hasta el norte, principalmente en Marruecos y Argelia. He de suponer lógicamente que si este tráfico existe es porque de él también salen beneficiados las grandes personalidades de los países donde actúan. En el caso de Marruecos y Argelia por ejemplo, que no debemos olvidar que son unos de los países africanos más desarrollados y unos de los más estables y seguros, estas mafias campan a sus anchas, introduciendo inmigración ilegal en sus fronteras para ser transportada a lugares próximos a las Islas Canarias o Melilla. Si esta situación afectase realmente al país marroquí, y no saliesen beneficiados las autoridades del mismo país, no existiría (y en este caso puede que incida más en este país porque como mencioné con anterioridad, su organización y seguridad es mucho más grande que la de sus vecinos del sur).

    En función de las cantidades pagadas por estas personas, su acceso a Europa y especialmente a España se hará jugándose la vida en una patera o saltando la valla fronteriza de Melilla, último paso para un sueño de prosperidad.

    LA ENTRADA EN ESPAÑA

    Precio-pateraY este sueño de prosperidad se ve truncado al entrar en España. Aquí estas personas se dan cuenta que las promesas de su origen no se corresponden con las fuertes cantidades económicas pagadas, y que el recibimiento es mucho más frío del que pensaron.

    Pero, y en una situación económica tan precaria como la actual española (en términos por ejemplo de trabajo), ¿cómo se ganan la vida estas personas? Resulta difícil pensar que la integración de estas personas al mercado laboral va a ser sencilla, pues lo más lógico es que sin saber el idioma y sin tener regularizada su situación, muy poca gente va a querer contratarlos. Y si digo muy poca gente, me refiero a que aún así existen personas que se aprovechan de la precariedad de los inmigrantes y los explotan con salarios abusivos. Con el mercado laboral general cerrado, muchos caen en los tentáculos de nuevas mafias, como por ejemplo aquellas que controlan los mercadillos y el conocido como “top manta”. Y aquí existe una contradicción que pensada fríamente tiene su lógica. Ellos aseguran que a pesar de ganar unas cantidades mínimas, y a tener que realizar trabajos poco deseables, pueden sobrevivir. Además al preguntarles, muchos señalan que la seguridad de España es tal, que por difícil que sea su situación, pueden vivir tranquilos sin temer que una guerra civil o golpe de estado los arranque de sus hogares o les quite la vida.

    Y aunque la situación de una persona es un drama, la de muchas es una tragedia, pues son muchos los que mueren en el intento o los que no lo consiguen. El transporte a lo largo de África es peligroso y el cruce del Mediterráneo o del Atlántico ha dejado muchos muertos.

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    “EL PROBLEMA” EN ESPAÑA

    Aunque he de reconocer que no me gusta llamarlo problema, es evidente que el asunto es en sí problemático para ambas partes.

    Una cosa es básica, España, sin ayuda no puede hacerse cargo de un goteo constante de cientos de personas entrando en sus fronteras. Los costes económicos de dar unos primeros auxilios a los que lleguen heridos o con una salud precaria, sumados al alojamiento y mantenimiento de estas personas es inviable a la larga si la Unión Europea no apoya abiertamente a España, y los propios españoles no nos concienciamos. Es una gran hipocresía lo que uno llega a escuchar, cuando algunos critican que se les pongan tantas trabas para que entren al país y luego estas mismas personas se acaban quejando del gran número de estos inmigrantes que malviven en muchos barrios (sin hacer nada por remediarlo).

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    La obsesión por dejarlos entrar, debería ser lógicamente analizada con un plan de integrarlos y evitar que sean víctimas de nuevas mafias (¿Qué es mejor, evitar su entrada masiva, regularizando su entrada poco a poco, o puertas abiertas y crear a la larga guetos donde estas personas malvivan?). Pero no, para mucha gente parece que lo importante es que entren, sin importarles luego su supervivencia. Y es curioso que los más defensores de que entren sin restricciones, al preguntarles si acogerían a uno de ellos en su casa, su respuesta suela ser mirar hacia otro lado, pues realmente sus palabras políticamente correctas acaban ahí, en palabras.

    Respecto al tratamiento en la entrada, se está comprobando que haga lo que haga España, va a recibir las duras críticas de todo el mundo, de modo que está atada de pies y manos. Hay gente que sugiere que se responda a los intentos de saltar la valla mediante disparos, pero ese método, aunque resultaría muy disuasorio, no dejaría de ser una crueldad. Evidentemente las actuaciones de la Guardia Civil no me creo que sean matar o maltratar a los inmigrantes que saltan, pero está visto y comprobado que hagan lo que hagan (teniendo que defenderse en muchos casos de agresiones) van a ser duramente criticados. No hay que olvidar, que aunque los inmigrantes salten la valla fruto de la desesperación, estas personas están entrando de un modo para nada legal en un país (aunque sean movidos a ello por la extrema pobreza de origen), y las leyes generales establecen que las fuerzas del orden deben evitar eso, por muy bestia que pueda sonar. En algunas ocasiones algunos inmigrantes (y recalco lo de sólo algunos) apedrean y lanzan objetos a los guardias civiles de la frontera, resultando ellos heridos (no publicitándose esto) y si publicitándose si alguno de los inmigrantes resulta herido (en estos días han circulado varias fotos al respecto). Al final ¿qué es lo que ocurre? Que ante las constantes críticas por sus actuaciones (que salvo contadísimas ocasiones nada representativas, éstas son correctas), la Guardia Civil prefiera lavarse las manos y no poner impedimento a que estas personas entren, y que sean posteriormente las autoridades sociales las que se hagan cargo de la situación.

    Entonces lanzo unas preguntas, ¿Qué es mejor, dejar entrar a estas personas aún sabiendo que no van a poder ser atendidas correctamente y que su integración social va a ser complicada? ¿O disuadir su entrada evitando que más personas arriesguen su vida engañados en la mayoría de los casos?

    Y respecto al tratamiento general, ¿Qué debería hacer España de cara a la Unión Europea? Es muy hipócrita como la Unión Europea amenaza con expedientar a España por su gestión del problema y luego cuando España solicite la colaboración de otros países del entorno (de la misma Unión), este país reciba un portazo en su cara. Total, que España está en un callejón sin salida, no recibiendo apoyo de sus vecinos, pero sí las críticas. Una opción sería hablar con Marruecos, evitando que se aglomeren esta cantidad de inmigrantes en su territorio traídos por mafias. Esta idea hace aguas por dos razones. Primero las mafias que operan en Marruecos son apoyadas por miembros del aparato de defensa del país, pues si no fuese así, las mafias no podrían transportar a tal cantidad de inmigrantes por su territorio. Y segundo, y esto no es ningún secreto a voces, Marruecos utiliza esta táctica como medida de presión contra España, pues no olvidemos que este país ha manifestado en multitud de ocasiones sus ganas de que Ceuta y Melilla pasen a formar parte de su territorio nacional. De aquí surge otra pregunta: ¿Por qué España apoyada por la Unión Europea no planta cara a Marruecos? Pues simple y llanamente porque Marruecos tiene la llave de la situación. Si Marruecos, convenientemente apoyada por EEUU se cabrea, la Unión Europea encontrará problemas a la hora de negociar los acuerdos de pesca y las compras de material europeo por parte del país marroquí. De este modo, ante aquellos que sugieren un ataque preventivo, han de saber que políticamente sería como el famoso desastre español de Annual de 1921.

    Hay gente que señala que se debe actuar desde la raíz, arreglando la situación de sus países de origen. Teóricamente esta sería la solución ideal, pero no se debe olvidar que los grandes intereses económicos son los que condenan a estos países, apoyando dictadores y fomentando guerras civiles en el caso de que la situación se les descontrole. Por lo tanto no es tan fácil y mucho menos no es algo posible a corto plazo. Pero queda de manifiesto que los intereses económicos de las grandes naciones provocan una situación caótica que a la larga acaba afectando a estas grandes naciones, de modo que la relación causa-efecto es más que evidente.

    Creo que más o menos he intentado explicar la problemática y he dado algunas pistas sobre posibles soluciones (aunque las haya presentado de un modo algo pesimista), demostrando que no es nada fácil su tratamiento. Invito a todos aquellos que hayáis leído esta entrada, a que comentéis cuál sería vuestra solución a largo plazo, con el fin de intentar solucionar la miseria en estos países, el tráfico de personas, y que muchas de ellas se jueguen la vida saltando vallas o cruzando el Meditarráneo para acabar en lugares que aunque mejoran mucho la calidad de los suyos, no es ni mucho menos lo que pensaron.

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