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LA TROMPETA DE JERICÓ

Goebbels y la propaganda (I)

PROPAGANDA Y MÁS PROPAGANDA

ÍNDICE DEL POST

    Joseph Goebbels

    Esta semana os traigo una entrada para reflexionar sobre cómo han utilizado y utilizan la propaganda para manipular a la población. Y que mejor que una de las figuras más conocidas al respecto para ilustrarnos: Joseph Goebbels y sus principios sobre la propaganda.

    Goebbels fue el ministro para la ilustración pública y propaganda entre 1933 y 1945 y se han escrito ríos de tinta sobre la reorganización propagandística que llevó a cabo, la cual se englobó en el auge del nacionalsocialismo, la manipulación interna, la criminalización de sus enemigos, el lavado de cara del nazismo ante el resto del mundo y la gestión de la guerra mundial.

    Pero más allá de su figura, varios académicos han resumido sus planteamientos en una serie de principios,. La mayoría de las fuentes numeran estos principios en 11, pero dejadme que añadir un comentario. Estos 11 se pueden encontrar en multitud de páginas de internet, pero no termina de estar clara la fuente bibliográfica origen. Es cierto que encajan con la manera de proceder nazi, pero muy posiblemente sean adaptaciones a posteriori y no los originarios del alemán.

    ¿Entonces, qué os traigo hoy? Pues ni más ni menos que un artículo realizado por el estadounidense Leonard W. Doob en 1950, el cual resumía la estrategia de Goebbels en 19 principios, muy ligados al ambiente bélico de la segunda guerra mundial. Como quiero realizar comentarios a cada uno de ellos y la entrada se prevé larga, he decidido dividirla en dos. Vayamos por lo tanto con la primera de ellas.

    PRINCIPIOS DE GESTIÓN DE LA PROPAGANDA

    Principio 1: Los propagandistas deben tener acceso a la inteligencia sobre acontecimientos y opinión pública.

    Goebbels discurso
    Goebbels en un discurso radiofónico

    Según Goebbels, podía dirigir una campaña de propaganda basándose en la información de inteligencia interna, limitando el acceso a ésta a una esfera cada vez más reducida (sobre todo cuando la guerra empezó a ir mal para los nazis). De este modo por un lado se evitan filtraciones, se tiene un mayor control de la misma y uno puede extrapolar datos, adelantarse a un problema e incluso orientar la propaganda para que ésta sea más efectiva. Curiosamente, el mismo Goebbels llegaría a afirmar que no terminaba de fiarse de su propia inteligencia, la cual podía estar contaminada con juicios subjetivos previos.

    Principio 2: La propaganda tiene que ser planificada y ejecutada por una sola autoridad.

    Este principio encaja con la centralización de poder de los nazis y con la apetencia de poder de Goebbels. Esta única autoridad debería llevar a cabo 3 tareas:

    1. Emitir todas las directivas de propaganda: Ya sea a nivel interno o externo
    2. Explicar las directivas de propaganda a funcionarios importantes y mantener su moral: Aquellos encargados de implementar directivas deben entender el funcionamiento de la misma para atraer su confianza y hacerlos sentir parte del todo.
    3. Supervisar las actividades de otras agencias que tienen consecuencias de propaganda: Espionaje cruzado, dando mucho peso a espiar a organizaciones internas. Goebbels fracasaría aquí al no poder llevar a cabo un control eficaz.

    Principio 3: Las consecuencias propagandísticas de una acción deben ser consideradas en el momento de planificar esa acción.

    Joseph Goebbels
    Goebbels y su típica cara de póker

    Goebbels señaló que incluso en los asuntos militares operacionales, los aspectos psicológicos eran capitales. De ahí que la propaganda fuese un factor esencial. También he de decir que se vino muy arriba señalando, en el caso de la batalla de Inglaterra, que la campaña aérea debería ejecutarse dando más peso a los principios psicológicos que a los militares. Para el ministro de propaganda era más importante ayudar a planificar un evento que racionalizar uno que había ocurrido.

    Principio 4: La propaganda debe afectar la política y la acción del enemigo.

    Aunque Goebbels nunca empleó los términos guerra psicológica o política, sí que su propaganda se orientó a ellos. Lógicamente, la guerra le motivó a ello. Señaló que la propaganda debería afectar a las acciones del enemigo de 4 maneras:

    1. Suprimiendo el material propagandístico que puede proporcionar al enemigo una inteligencia útil: Por ejemplo, ni negando ni refutando información procedente del enemigo. Goebbels diría que prefiere que los ingleses piensen que tienen éxitos en la guerra aérea, a que realmente los hayan obtenido. De este modo el golpe será muy acusado al sobrevenirles un fracaso. Lo mismo aplicó con la URSS y éxitos militares alemanes.
    2. Difundiendo abiertamente propaganda cuyo contenido o tono hace que el enemigo saque las conclusiones deseadas: Por ejemplo, hacer ver al enemigo que la resistencia alemana en Túnez se podía extrapolar a una invasión en Europa, afectando o haciendo dudar el plan de acción aliado (pese a ser dos escenarios totalmente distintos).
    3. Incitando al enemigo a revelar información vital sobre sí mismo. Goebbels utilizó esto magnificando algunas victorias japonesas en Asia. Si había silencio británico o yanqui al respecto, lo utilizaba para reforzar su idea hasta que alguna de estas dos naciones mordía el anzuelo, ya fuese por presión interna o por descuido.
    4. No haciendo referencia a una actividad enemiga, y más cuando cualquier referencia desacreditaría esa actividad: Por ejemplo en temas como las relaciones entre los países aliados o enemigos de Hitler. Goebbels prefería que los desacuerdos surgiesen y creciesen por si solos, evitando la unión frente a sus acusaciones. Pero en cambio, una vez que el problema estallaba y se hacía público, sí que la propaganda iba encaminada a abrir más las heridas.

    Principio 5: La información desclasificada y operacional debe estar disponible para ejecutar una campaña de propaganda.

    Goebbels speech
    Goebbels en otro de sus discursos

    Un objetivo propagandístico, por pequeño que sea, requiere de información operacional. Uno no puede inventárselo todo. Debe basarse en algo real. Un ejemplo lo tenemos con el antisemitismo nazi, señalando que requería de fuentes judías, sin importar luego lo sacadas de contexto o distorsionadas que fuesen. Sin una base previa real, no sería creíble. Incluso en la actualidad, la gente no suele ir más allá de una mínima comprobación, de modo que con una fachada se induce a que el personal crea una historia sin pararse a pensar la manipulación que haya dentro.

    Respecto a la guerra, Goebbels aplicó esto por ejemplo con los fallecidos por bombardeos aéreos aliados en países ocupados por los nazis o aliados suyos o cuando caía alguien de renombre en un combate. Así se podía canalizar luego la propaganda adonde se quisiese.

    Principio 6: Para ser percibida la propaganda tiene que evocar el interés de la audiencia y debe ser transmitida a través de un medio que capte la atención del público.

    Los nazis dedicaron importantes esfuerzos a establecer y mantener organismos de comunicación, incluyendo la compra de periódicos y agencias en países neutrales y ocupados. Goebbels incluso alabaría el hecho de que los soviéticos hubiesen cortado casi de raíz cualquier acceso a emisiones externas, limitando que mensajes extranjeros manipulados llegasen a ser oídos por la población.

    En el caso de que en uno de estos países se notase que la propaganda enemiga tenía más éxito que la germana, se buscaba, además de la compra de medios, adaptar horarios y crear especiales con el fin de restarle oyentes. Además, vio que la gente solía creer más noticias directas que una persona hablando largo y tendido sobre ellas. Así, con titulares cortos y rápidos, se podía transmitir una enorme cantidad de propaganda que fuese mucho más digerible para el público en general. También, el uso de películas propagandísticas le fueron especialmente útiles, dándose cuenta de que la propaganda audiovisual era más fácil de creer que palabras escritas o narradas. Pese a ello, la combinación de todo tipo de medios (prensa escrita, radiofónica y películas), era necesaria para atraer a la máxima cantidad de personas.

    Principio 7:  Solo la credibilidad debe determinar si la propaganda debe ser cierta o falsa.

    Fotografía de Goebbels Hitler
    Goebbels y Hitler

    El principio más básico de toda propaganda es hacer ver a su objetivo que uno dice la verdad y el enemigo miente. Aunque suene a broma, Goebbels señaló que la verdad debería ser usada siempre que fuera posible, con el fin de evitar que el enemigo  desmontase la mentira y destruyese la reputación de ese medio. El asunto es, cómo explicar esa verdad o las consecuencias de esa verdad. Por lo tanto, las mentiras eran útiles en la medida en que no podían ser desacreditadas.

    Goebbels tuvo mucho cuidado en evitar que su propaganda fuese desenmascarada, buscando jugar con el volumen de información para camuflar ciertos aspectos y alejar el foco de ellos. Este truco del volumen y diversificación de la información sigue estando muy presente en la actualidad.

    Principio 8: El propósito, contenido y efectividad de la propaganda enemiga, la fuerza y los efectos de la exposición y la naturaleza de las campañas actuales de propaganda determinan si la propaganda enemiga tiene que ser ignorada o refutada.

    Goebbels llegó a obsesionarse con la propaganda enemiga. A pesar de que controlaba todos los medios de comunicación en Alemania desde 1933, nunca terminó de sentirse cómodo y le sacaba de quicio el saber que en su país se escuchaban medios extranjeros pese a la prohibición y las amenazas de castigo.

    Pero, ¿debía Goebbels responder a la propaganda del enemigo o debía guardar silencio? Evidentemente dependía del caso. Si consideraba que la propaganda del enemigo estaba siendo efectiva, era importantísimo actuar inmediatamente. Y el ministro de propaganda se dio cuenta de que en estos casos, la mejor manera de responder era con un discurso de Hitler. Y partiendo del mismo, Goebbels podía diseminar este mensaje y utilizarlo para responder indirectamente al enemigo, en lugar de hacerlo directamente. Esta táctica le funcionó.

    En el caso de que la propaganda del enemigo fuese débil o falta de contenido, lo mejor era guardar silencio (ya que prestarle atención hubiera dado cierta validez a la misma). Y si estos ataques era mentiras fácilmente demostrables, solía sacarlas a la luz y cubrir con ellas otros ataques más peligrosos.

    Pese a todo, Goebbels creía que su propaganda debía ser inspeccionada antes de ignorar o refutar la del enemigo. De este modo podía ser corregida y reorientada, pudiendo esquivar ataques del enemigo o evitar gastar energías en asuntos sin importancia.

    Principio 9:  La credibilidad, la inteligencia y los posibles efectos de la comunicación determinan si los materiales de propaganda deben ser censurados.

    Goebbels no tuvo ningún escrúpulo en hacer uso de la censura. Aun así, sabía que su credibilidad podía verse afectada si una noticia era censurada. Y lo que era peor, si la población intuía claramente la censura, se la invitaba a escuchar noticias del extranjero, con el severo riesgo de caer bajo el influjo de la propaganda enemiga. Estableció 3 tipos de censura necesaria:

    Goebbels prensa
    Goebbels fotografiado en su despacho

    El primero aquel que aun atacando al enemigo, podía tener efectos negativos en la población germana. Por ejemplo la relativa a casos de canibalismo entre la población en la URSS, estando soldados alemanes luchando allí. Esto podía ser atroz en la retaguardia, lo que fue silenciado durante el conflicto.

    El segundo tipo de censura, era necesario cuando la información disponible para sacar conclusiones y utilizarla era escasa, habiendo el riesgo de meter la pata. Goebbels prefería esperar y no poner en riesgo su credibilidad. Por lo tanto, evitaba que estas noticias saliesen a la luz. Un ejemplo interno lo tenemos en la publicación de expectativas de objetivos militares y uno externo a la hora de opinar sobre el efecto que unos sucesos políticos ocurridos en el extranjero podían tener en Alemania.

    El tercer tipo era el resultado de estimar los efectos que podía tener la comunicación de una información en concreto. Si había un gran riesgo de dañar la moral alemana, esa noticia era censurada, total o temporalmente. Aquí se incluyen temas como la religión, el daño de un bombardeo enemigo, sabotajes, deserciones…

    Y hasta aquí llegamos en esta ocasión. La semana que viene os traeré el resto con las fuentes bibliográficas consultadas.

    Ir a leer la segunda entrada

    ¡Qué paséis una buena semana!

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