LAS MOMIAS DEL ANTIGUO EGIPTO
El pasado 2 de noviembre en gran parte del mundo se celebró el conocido como día de los difuntos. Miles de cementerios fueron engalanados con flores en recuerdo a los ya fallecidos. Y millones fueron los visitantes que como cada año, se asomaron a rendir su tributo personal.
Desde este blog me gustaría homenajear a todas aquellas personas que nos dejaron, pero como suele ser costumbre, desde un enfoque histórico. Para ello os voy a transportar al Antiguo Egipto. Sus faraones nos han abierto las puertas de sus tumbas para explicarnos la curiosa técnica de momificación que realizaban a sus difuntos.
UNOS RETOQUES PARA LA VIDA ETERNA
El Antiguo Egipto es un periodo tan maravilloso como desconocido. En sus más de 3.000 años de vida se amontonan miles de misterios que los egiptólogos dedican vidas enteras a resolver. Es muy llamativo como después de tanto tiempo admiramos esa cultura gracias a sus restos pero no somos capaces de hallar respuesta a sus enigmas.
Pero volviendo a la momificación, lo primero que cabe preguntarse es el por qué se embalsamaba a los cuerpos de este modo. La respuesta la podemos situar en la creencia de que el cuerpo debía ser conservado para una vida en el Más Allá. Es decir, se hacía con un fin ideológico-religioso como prerrequisito para la vida eterna.
Como os podéis imaginar, las técnicas más avanzadas de embalsamiento se reservaban para los monarcas y sus allegados, tanto por razones de coste como de prestigio. Si el fallecido no tenía el renombre o los recursos suficientes pero se le quería momificar, se enterraba su cuerpo en la arena del desierto. De este modo el clima seco se encargaba parcialmente de evitar su descomposición, aunque no había garantía definitiva de que así fuese a suceder.
Para encontrar los primeros vestigios de momificación en tumbas en el valle del Nilo debemos situarnos alrededor del quinto milenio a.C. Las primeras técnicas utilizadas fueron algo rudimentarias y consistían en untar resina en algunas partes del cuerpo antes de su vendado. De este modo la protomomificación (llamada así por su carácter primitivo) obtenía resultados muy desiguales.
Pero con el paso de los siglos se asistiría a una mayor importancia y complejidad de los ritos funerarios, traduciéndose en avances significativos.
LAS NUEVAS MOMIAS
Siguiendo con el recorrido, a partir del tercer milenio a.C. se han hallado restos de momias cuya técnica demuestra una mayor complejidad y detalle.
En un primer estado, parece ser que se buscaba hacer del difunto una especie de estatua, por lo que no se le realizaba ninguna operación interna (como detallaré más adelante). El proceso solía comenzar con el secado del cuerpo introduciéndolo en unas sales naturales conocidas como natrón o untándole resinas protectoras. Posteriormente se vendaba y se empapaba en resina, ajustando las vendas a su contorno. Si no había resina disponible se aplicaba yeso, lo daba un resultado más rígido parecido a una estatua. Por último se le añadían detalles como el pintado superficial de la cara y el cuerpo, dando los detalles que se considerasen oportunos.
Pero como os podéis imaginar, esta técnica tenía un grave problema; La putrefacción seguía dándose en el interior del cuerpo, lo que provocaba que a la larga sólo los huesos se conservasen en buen estado. Por lo tanto se empezó a pensar en abrir los cuerpos para sacar aquellos órganos que aceleraban la descomposición. Surgía así la evisceración.
Y a partir de aquí podemos afirmar que la momificación adquirió su máxima complejidad técnica (aunque no dejase de perfeccionase el método). La primera constancia de este hecho lo tenemos alrededor del 2.600 a.C. siendo descubierto al hallar una caja conocida como vasos canopos con las vísceras del difunto dentro.
¿Por qué se guardaban las vísceras?. Fundamentalmente por ser parte del difunto al que se quería preservar. Pero lo más llamativo es que sobre ellas se realizaba también una mini momificación antes de ser guardados en los mencionados vasos. Y este proceso se continuó hasta alrededor del año 1100 a.C. A partir de aquí se empezó a observar que las vísceras momificadas se introducían de nuevo en el cuerpo del difunto. Posiblemente el objetivo era volver a reunir todos sus órganos para estar listo para el Más Allá.
Un pequeño inciso. Antes de pasar a explicar los pasos de una momificación, me gustaría mencionar una técnica mixta también utilizada. Como el natrón y las resinas eran caros y escasos, a veces el cuerpo se enterraba inicialmente en la arena para su secado. Tras un tiempo oportuno, se desenterraba y se procedía con la momificación. Esto ahorraba costes, pero la calidad del resultado lógicamente no era la misma.
LA MOMIFICACIÓN EN 14 PASOS
Llegados a este punto paso a detallar el proceso general de embalsamamiento incluyendo la evisceración. Básicamente consistía en cuatro fases: Purificación del cuerpo, extracción de los órganos, secado y arreglo del difunto y vendaje y colocación de amuletos funerarios. Vayamos ahora por pasos:
- Justo tras morir la persona que se pretendiese embalsamar, lo primero era transportar su cuerpo a una habitación para purificarlo. Este proceso se debía llevar a cabo de forma casi inmediata para evitar el inicio de la descomposición. Consistía en desnudar y lavar con agua el cadáver.
- Posteriormente se trasladaba el cuerpo purificado al lugar donde se iba a iniciar el proceso de embalsamado.
- A partir de este paso comienzan las operaciones invasivas en el cadáver. Primero se le rompía el hueso etmoides de la nariz para introducir un gancho y sacar una masa de pulpa de cerebro. Se debía asegurar que salía por la nariz todo el líquido del interior del cráneo.
- Mediante una incisión lateral en las costillas o en la cadera, se extraían las vísceras del cuerpo; Intestinos, estómago, hígado y pulmones (para ello se rajaba también el diafragma). El corazón no se sacaba del cuerpo por considerarse algo esencial del difunto y básico para la vida y resurrección. La evisceración como consecuencia hacía mucho más difícil la putrefacción interna.
- Se limpiaba toda la cavidad interna del cadáver con agua y vino buscando dejarlo lo más higienizado posible.
- Paralelamente, los órganos extraídos se preparaban para ser momificados. Para ello se secaban en natrón, se vendaban y se ponían en los vasos canopos o se volvían a introducir en el cadáver.
- Volviendo al cuerpo, una vez higienizado se inicia el proceso de deshidratarlo internamente. Para ello se utilizaba natrón, mirra y resina.
- Luego se cubría totalmente con natrón y se dejaba deshidratar durante alrededor de cuarenta días. Para ello eran necesarios alrededor de 300 kilos de este material, algo muy caro en la época.
- Tras verificar que el proceso de momificación se estaba dando correctamente, se retiraba el natrón y las sales y resinas del interior. En este punto el cadáver pesaba aproximadamente la mitad de su peso inicial.
- Este paso consistía fundamentalmente en adecentar el cuerpo. La cavidad interior se rellenaba de saquitos de natrón, arena e incluso cebollas para evitar el posible mal olor. Posteriormente la incisión hecha en el cuerpo se cubría con telas, resinas o placas metálicas o se suturaba (esto posteriormente).
- Los orificios del resto del cuerpo y la cabeza se tapaban y se hacían pequeñas decoraciones. Entre éstas se trabajaban por ejemplo los ojos (poniendo telas con dibujos), el pelo y las uñas.
- Se pintaba la piel para darle una tonalidad más agradable y se le añadían aceites aromáticos para el buen olor.
- El penúltimo paso consistía en impermeabilizar el cuerpo añadiéndole una capa de resina.
- El último paso era el vendaje de la momia desde la cabeza a los pies. Conforme realizaban este proceso, añadían amuletos con fines religiosos para proteger al difunto en su viaje al Más Allá.
Una vez completado el proceso, se introducía la momia en uno o varios sarcófagos decorados profusamente con dibujos (que son las imágenes que normalmente tenemos de ellas).
Creo que ha quedado patente la meticulosidad que requería todo el proceso y la importancia del mismo. Aquí estaba en juego la posibilidad de llegar al Más Allá, algo que podría equivaler al cielo cristiano (aunque no sea exactamente lo mismo).
Como os dije antes, he detallado un proceso general, pero es cierto que los egiptólogos han encontrado muchas variaciones en los enterramientos. Es llamativo observar que miles de años después sigue siendo muy importante el tratamiento a nuestros difuntos. Hoy en día seguimos teniendo ritos para su despedida y enterramiento que aunque no incluyan la momificación, el objetivo final es el mismo: Prepararlo para la vida eterna.
BONUS: ¿MOMIA, UNA PALABRA EGIPCIA?
La he utilizado a lo largo de toda la entrada pero me gustaría dedicarle unas líneas a explicarla.
La palabra para sorpresa de muchos, no viene del egipcio sino del persa. El origen lo tenemos en “mum”, una sustancia natural similar al betún a la que se pensaba que tenía propiedades curativas. La misma se utilizó en algunas ocasiones para el embalsamado aunque resultaba mucho más cara que las resinas.
Se cuenta que las propiedades de este material hicieron que fuese muy demandado para comerciar con él y cuando su extracción se hizo complicada, pensaron en buscar alternativas. Las encontraron en las resinas utilizadas para embalsamar a las momias.
No se sabe a ciencia cierta como el término pudo acabar designando a los cuerpos, aunque se cree que la clave está en las resinas. También se relaciona con un posible mercado negro de venta de polvo de momia, el cual se decía que también tenía propiedades curativas.
En definitiva, sea por estafa, comercio o casualidad, hoy designamos con un término persa a este sistema de preservación de cuerpos que tanto nos llama la atención.
¡Hasta la semana que viene!
BIBLIOGRAFÍA
- Los primeros faraones (National Geographic). Pags 76-83.
- Egiptología (MOOC de Coursera).
- Falsificaciones de momias ¿son falsas muchas de las momias de los museos? (Muy interesante y aporta información extra)