UN SECRETO QUE VIAJÓ MILENIOS
La entrada que os traigo esta semana es ante todo muy curiosa. El alfabeto es quizás de las herramientas más básicas que creó el ser humano para comunicarse. Cada día escribimos millones de textos, mensajes y palabras en general. Imaginaros un mundo donde no existiese un alfabeto y pronto os daréis cuenta de la extrema importancia que tienen las letras y del avance que supuso su creación para la historia de la humanidad. Es más, la historiografía oficial ha querido arrancar su andanza desde el mismo punto en el que el ser humano inventó la escritura en Oriente Próximo.
¿Pero de dónde vienen las letras del alfabeto latino? (perdón a los que utilicéis otros como el chino, japonés, cirílico, árabe…). ¿Tienen estas letras alguna relación con los jeroglíficos? Veamos, porque sin duda hay muchas sorpresas encerradas (no os perdáis las tablas del final).
ENTRE EGIPTO Y EL SINAÍ
Antes de entrar de lleno en el tema, quisiera señalar que como sucede con todo lo que se escribe sobre el antiguo Egipto, se trata de teorías. Es cierto que hay puntos que están casi totalmente demostrados, pero aun así siguen quedando muchas incógnitas sobre las que los historiadores han sugerido diversas explicaciones. De todos modos, lo que os voy a escribir aquí es la teoría más aceptada, que por supuesto no tiene por qué ser la correcta.
Vayamos al desierto del Sinaí. En 1905, una expedición encabezada por William Flinders Petrie en Serabit el-Khadim halló diversas inscripciones curiosas a lo largo del territorio. Las más abundantes correspondían a los jeroglíficos egipcios tal y como los conocemos, pero encontró una seria de símbolos, mucho menos numerosos y muy extraños, que diferían del egipcio regular. Los mismos, solían repetirse en más de una ocasión aunque no determinó un patrón claro. Petrie no profundizó en el tema y alegó que podría tratarse de una escritura alfabética para anotar la lengua de los semitas, pueblos que trabajaban en las minas y canteras egipcias. De todo lo encontrado, le llamó mucho la atención una pequeña esfinge con jeroglíficos y los mencionados símbolos semitas.
11 años más tarde, otro egiptólogo, Alan Gardiner, determinó que los símbolos hallados por Petrie representaban objetos reales cuyos nombres en semítico correspondían a las letras del alfabeto (muy similar al fenicio). Por lo tanto, sabiendo que el fenicio fue posterior a estas inscripciones, determinó que las letras fenicias derivaban de esta escritura sinaítica. Este paso fue muy importante, porque simplificó el proceso de desciframiento al haber conocerse mucho mejor el fenicio.
Ya en 2006, una egiptóloga, Orly Goldwasser hizo un análisis serio de las inscripciones teniendo en cuenta su contexto geográfico, histórico, social y cultural. Concluyó que estos símbolos eran las letras de un primitivo alfabeto proto-sinaítico. El mismo habría sido inventado por semitas con poca influencia egipcia y escasamente letrados durante el Reino Medio (alrededor del siglo XIX a.C.)
Haciendo un poco más de zoom, estas fueron sus conclusiones:
Se trataban de símbolos ejecutados toscamente y basados en unos principios distintos a las reglas de escritura de los jeroglíficos egipcios, lo que como dije, le sugirió que fueron hechos por semitas pobremente letrados y apenas influenciados por los egipcios. También observó que la práctica totalidad de las inscripciones se encuentran en el Sinaí, lo que le sugirió que fueron fruto del contacto entre pueblos venidos de Oriente Próximo y los egipcios. Para recalcar esto, los símbolos tenían similitudes con el fenicio, el arameo y el hebreo. Otra conclusión a la que llegó fue que la finalidad de estos símbolos era cultural y religiosa lo que le induce a pensar que surgieron para adaptar a su idioma las diversas tradiciones y símbolos egipcios.
Pero la conclusión más llamativa la encontramos en lo que se conoce como acrofonía. Se piensa que los semitas, al desconocer el valor fonético y semántico de los jeroglíficos egipcios, procedieron a adaptar el sonido de cada uno de ellos a un sonido consonántico de su lengua. Por lo tanto, se limitaron a escoger la palabra de su lengua semítica que representaba el jeroglífico egipcio. Si no la había como tal, la adaptaban a algunos de los 20 sonidos consonánticos que poseían (los alfabetos semíticos no tenían vocales).
Veamos varios ejemplos:
DEL SINAÍ AL MUNDO
Tras la caída del Reino Medio en el siglo XVIII a.C., esta nueva escritura se extendió por todo el área semítica cananea, pasando a conocerse como escritura proto-cananea. La influencia de la misma fue escasa, ya que su uso fue muy restringido (los estados y sus escriban lo ignoraron) y a que no han sobrevivido muchos ejemplos del mismo. Además, la llegada de los pueblos Hicsos (Hyksos), gobernantes procedentes de Oriente Próximo no cambió la situación, ya que su adaptación al mundo egipcio fue casi total (incluyendo la escritura).
Pero, sí se ha podido determinar que este alfabeto proto-cananeo junto a otras influencias dio origen al alfabeto fenicio entre los siglos XI y X a.C. La transición entre ambos se caracterizó por un fuerte proceso de estilización gráfica de los símbolos, pasando de ser pictográficos (al estilo de los jeroglíficos) a ser trazos convencionales al estilo de nuestras letras latinas actuales. En el proceso, algunos símbolos sufrieron un proceso de rotación de 90 y 180 grados, ayudando a camuflar más su origen pictográfico.
Continuando con el viaje, los griegos adoptaron y adaptaron el alfabeto fenicio. Posteriormente los etruscos hicieron lo mismo con el griego y para terminar el viaje, fueron los romanos los que lo adaptaron de estos últimos. Como os podéis imaginar, cada salto llevó implicado una serie de modificaciones como nuevas rotaciones o cambio en la orientación (por ejemplo la K y la E). Este cambio obedeció a que el fenicio se escribía de derecha a izquierda y tanto el griego como el latino lo hacen de izquierda a derecha.
Pero, ¿y las vocales?; Como dije las lenguas semíticas no las incluían. Y aquí debemos viajar a los griegos. Los mismos al hacer su conversión del fenicio, se dieron cuenta que había una serie de fonemas cuyo sonido no había sido adaptado. Supongo que con el fin de hacer más precisa la escritura, recategorizaron estos fonemas y los convirtieron en las vocales actuales.
Así que, las letras que actualmente usamos y que forman el texto de esta entrada son el resultado de la deformación y/o transformación de los jeroglíficos egipcios, llevando su esencia en el interior (más otros añadidos por supuesto). Sin duda algo muy llamativo y que nos lleva a la pregunta de con cuántas cosas ocurre lo mismo.
Por último, comentar a modo de curiosidad que cuando los egipcios empezaron a adaptar el griego para crear la escritura copta, desconocían que sus nuevas letras procedían de los antiguos jeroglíficos que nacieron en sus tierras, habiéndose producido un recorrido geográfico de varios milenios entre Egipto, el Sinaí, la franja Sirio-Palestina, Grecia y de nuevo Egipto.
EL ALFABETO EXPLICADO
Veamos ahora el origen de las diversas letras y unas tablas resumen al final.
A: Procede de una cabeza de buey (‘alep) que acabó siendo girada 180 grados (increíble su origen). Fue una de las letras adaptadas por los griegos del fenicio, al no existir ese sonido en su lengua.
B: Viene del símbolo de una casa (bayt) vista desde arriba.
C: Su origen no está en los jeroglíficos. Viene del fenicio, el cual pasó al griego como Gamma y al latino se bifurcó en dos, la g y la c.
D: Su origen está rodeado por la polémica. Puede proceder del símbolo egipcio de un pez, una puerta o una mano (como se piensa que procede la K).
E: Procede del símbolo de un hombre con los brazos en alto (igual que la h). Los griegos adaptaron el sonido de este símbolo a la vocal e.
F: De nuevo hay multitud de teorías al respecto. Se cree que puede proceder del símbolo egipcio de un cetro o bastón de mando. Lo curioso es que ese sonido se pronunciaba como la W actual, siendo los latinos los que lo adaptaron a la forma presente. Su trazo viene de la conocida como F arcaica griega.
G: Su origen no está en los jeroglíficos. Viene del fenicio, el cual pasó al griego como Gamma y al latino se bifurcó en dos, la g y la c.
H: Aquí tenemos dos explicaciones también puestas en duda. Por un lado tenemos una h que viene del hombre con los brazos en alto (al que los griegos le asignaron la e), y por otro del símbolo fenicio (het) que dio lugar a la h muda.
I: Viene del jeroglífico egipcio de una mano. El mismo ha servido posteriormente para categorizar el sonido de la J y de la I, siendo este último adaptado por los griegos.
J: El origen del sonido lo encontramos en el mismo que la vocal i. Lo llamativo es su grafía. Se trata de la grafía latina más tardía al ser inventada. El honor le correspondió al francés Pierre de la Ramée en el siglo XVI quien lo hizo para diferenciar la pronunciación entre una i corta y una i larga.
K: Viene del jeroglífico de la palma de una mano (kap).
L: Viene del jeroglífico de una cuerda de doma (lamd).
M: Viene del símbolo jeroglífico que parece una cordillera de picos de montañas aunque para ellos viniese a representar la superficie del agua (mayim/mem).
N: Viene del jeroglífico de una serpiente (nanash).
Ñ: Viene de la Edad Media al simplificar los monjes la escritura de dos N por comodidad (a la hora de copiar manuscritos).
O: Procede del jeroglífico de un ojo (ayn). Al no existir este sonido en el griego, lo adaptaron creando la grafía de la o.
P: Su origen está en discusión señalándose que podría proceder del jeroglífico de una esquina o del de una boca abierta. Es la famosa Pi de los griegos, la cual los romanos adaptaron.
Q: En español, la k y q suenan muy parecidos, pero en las lenguas semíticas eran sonidos diferentes. El origen está en el símbolo de un mono (qop), no existiendo un jeroglífico como tal. Por lo tanto se piensa que fue una invención/adaptación proto-sinaítica.
R: Viene del jeroglífico de una cabeza humana (resh).
S: Es quizás una de las letras más polémicas. Se cree que la versión actual viene de un nuevo símbolo fenicio (samek), aunque debido a las diversas variaciones que toma (sh inglesa, sh como la palabra shah…), se ha intentado buscar diversos jeroglíficos que la expliquen. Entre ellos se ha propuesto el símbolo de un arco (shin) o el de un ramillete de flores.
T: Viene del jeroglífico de una señal o marca (tau) al estilo de una cruz latina.
U, V, W: Se cree que vienen del símbolo fenicio vau (al igual que la F). Los griegos a partir del mismo lo separaron entre la f arcaica por un lado y la Y (sonando como u). A partir de ella, los romanos y su uso posterior la readaptaron obteniéndose la terna de sonidos (estando la w muy presente en muchas palabras de origen germánico).
X: Tiene un origen griego (no se ha podido determinar un jeroglífico anterior). Posteriormente fue adaptado por los romanos para el sonido “ks” (como por ejemplo examen).
Y: Viene del símbolo jeroglífico del brazo y la mano (yad).
Z: Su origen no está claro pero se piensa que puede proceder del jeroglífico de un palo o una cuchara. En el fenicio corresponde con la letra zayin.
Señalar que al igual que los fenicios y griegos crearon símbolos nuevos, hubo otros que se perdieron por el camino al no ser utilizados.
Y ya por último, a modo de resumen os dejo con las tablas, obtenidas de los escritos del Profesor Josep Cervelló y de G.J. Hamilton:
TABLA A: De los jeroglíficos al alfabeto fenicio
Con un asterisco negro se marcan aquellos jeroglíficos sobre los que no se está 100% de acuerdo que hayan derivado en la letra actual. Con un asterisco rojo se indican aquellas letras fenicias que no tienen precedentes en los signos proto-sinaíticos ni en los jeroglíficos egipcios, sino que proceden de signos creados ya en el ámbito de la escritura proto-cananea.
TABLA B: Del alfabeto fenicio a los alfabetos griego y latino
En esta tabla, las letras se presentan en el orden del alfabeto fenicio (que es casi idéntico al griego y al latino). Al final se añaden las letras griegas y latinas que no derivan de letras fenicias, sino que son nuevas creaciones.
Por cierto, me gustaría dedicar esta entrada a Lola de Ruta por la historia, cuya ayuda y pasión por el Antiguo Egipto me transmitió y fue clave a la hora de que descubriese cosas tan curiosas como las de esta entrada.
¡Nos vemos la semana que viene!
BIBLIOGRAFÍA
- http://www.curiosidario.es/historia-de-las-letras-2/
- http://www.donquijote.org/lengua-espanola/abecedario/
- Cervelló Autuori, Josep. De los jeroglíficos al alfabeto
- Egiptología (MOOC de Coursera). Universidad Autónoma de Barcelona
- Hamilton, G.J. The origins of the West Semitic Alphabet in Egyptian Scripts. The Catholic Biblical Quaterly Monograph Series 40 (2006).