LIECHTENSTEIN, MALTA, ANDORRA Y LUXEMBURGO
La semana pasada introduje un tema que aunque en general es conocido por mucha gente (el nombre de estos países y algunos datos sueltos), se suele desconocer el origen, desarrollo y curiosidades que les hacen ser países especiales (o “bichos raros” según se les mire). Los tres que comenté, Ciudad del Vaticano, Mónaco y San Marino son los tres estados soberanos más pequeños de Europa aunque presentan unos niveles de riqueza muy elevados (leer la entrada anterior sobre San Marino, El Vaticano y Mónaco). En esta entrada me toca por lo tanto hablar de sus “hermano mayores”, si bien este concepto de mayores habría que aclararlo pues si comparamos sus superficies con el resto de Europa, no dejan de ser pequeñas gotas de agua en un mar europeo. Bueno sin más dilación, con todos ustedes, la última ronda de estos países:
LIECHTENSTEIN, Príncipes y paraísos fiscales
Este pequeño principado de nombre difícil de pronunciar y con un gentilicio que parece un trabalenguas (liechtensteiniano), se sitúa entre Austria y Suiza y alberga en sus 160 kilómetros cuadrados de superficie a unas 37.000 almas.
Aunque ya en época romana su superficie fue poblada, su difícil acceso y aislamiento hicieron que su participación en la historia europea fuese muy escasa. La edad media y gran parte de la edad moderna lo pasó como una zona feudal de casi nula importancia hasta que una dinastía familiar, la dinastía Liechtenstein (que da nombre al principado) adquirió los dominios que actualmente lo forman en 1699 y 1712. El interés de esta dinastía en tener poder en el Sacro Imperio Romano Germánico, llevaron a estos territorios a formar parte de él hasta que la invasión napoleónica acabó con el imperio. Es aquí, 1806, cuando el país se desliga de toda nación o grupo de naciones, quedando como un simple principado libre. El país volvió a su aislamiento casi total, a excepción de algunos tratados con Suiza, Austria y el Imperio Austrohúngaro.
Durante la segunda guerra mundial fue simpatizante con la causa alemana (aunque oficialmente permaneció neutral) y al final de ella tuvo unos problemas con Polonia y Checoslovaquia que duraron hasta bien entrado el siglo XXI. La dinastía Liechtenstein además de su principado, tenían diversos castillos, terrenos de cultivo y bosques por Alemania y Checoslovaquia heredados desde época medieval y que venían a suponer unos 1600 kilómetros cuadrados (paradójico que sea 10 veces la superficie del principado).
Al final de la segunda guerra mundial, unidades polacas y checoslovacas atacaron algunos de estos dominios, saqueándolos y confiscándolos. El telón de acero posterior evitó el contacto oficial entre estos dos países, pero desde la caída del mismo, Liechtenstein ha llevado una batalla legal internacional al respecto para recuperar estos dominios. Tan grave llegó a ser la cosa, que hasta 2009 el pequeño principado no se dignó a reconocer oficialmente a Eslovaquia como país (chico pero matón…)
Respecto a la jerarquía de gobierno, el país se rige por una monarquía constitucional, cuyo jefe de estado es un príncipe. El gobierno lo componen cinco ministros, siendo uno de ellos el primer ministro, siendo todos votados cada cuatro años. A pesar del constitucionalismo del principado, el príncipe tiene el poder de vetar cualquier ley aprobada en el parlamento, lo que le lleva a ser una pseudo-democracia (aunque gran parte de los países del mundo lo sean por mucho que pregonen sus valores democráticos a los cuatro vientos).
Respecto a la economía, el país acoge a muchas industrias de alta tecnología y a entidades bancarias y financieras. Durante mucho tiempo el país ha venido siendo un paraíso fiscal, lugar donde su opacidad financiera ha permitido ocultar y evadir grandes cantidades de capital. A este respecto la Unión Europea ha intentado varias veces hacer más transparente al país, pero seamos realistas, el hecho de que muchos de los altos políticos y personalidades de la Unión puedan tener sus capitales en este principado hace que esta acción sea harto complicada.
Como curiosidades, este principado fue el último estado soberano europeo en permitir el voto femenino (en 1984), lo que indica el carácter conservador de la casta gobernante del principado. Además presenta el valor más alto PIB per cápita por habitante del mundo, reflejo en parte de la inmensa riqueza de la dinastía Liechtenstein, la cual se asegura que es la quinta casa real más rica del mundo (este dato varía entre Liechtenstein, Luxemburgo y Qatar en función de la fuente consultada). A nivel político, contó con el primer ministro más joven de la historia, Mario Frick, que con sólo 28 años llego a ser elegido para tal cargo. Por último, el país no tiene ejército, ya que lo abolió en 1868 debido al alto coste que suponía mantenerlo. Actualmente es Suiza el país que garantiza su defensa militar.
MALTA, siglos de rica historia y fiestas locas
Desde hace algún tiempo, la rica historia de Malta ha quedado relegada a un segundo y tercer plano debido al atractivo turístico que las islas han ofrecido. Las islas Maltesas son las islas de las bonitas playas, de las cuevas preciosas en los acantilados, de los complejos hoteleros y de las fiestas más salvajes (con permiso de Ibiza y Mikonos). El estado, considerado un archipiélago cuyas tres islas principales son Malta, Gozo y Comino, suma una superficie total de 316 kilómetros cuadrados y cuenta con una población censada de aproximadamente 450.000 personas (el salto poblacional es importante respectos a otros países pequeños mencionados). A pesar de esto, Malta alberga en los meses de verano una población mucho mayor debido a la enorme afluencia turística que soporta.
Como mencioné antes, la historia de Malta es muy rica debido a la gran cantidad de pueblos y naciones que han pasado por sus dominios. Pueblos prehistóricos, fenicios, griegos, cartagineses, romanos, vándalos y bizantinos la poblaron hasta bien entrada la alta edad media. En el siglo IX, árabes ocuparon sus islas y fue el inicio de un dominio cuyo legado cultural aún puede observarse en la arquitectura, el idioma maltés y la toponimia de muchas localizaciones.
Pero la excelente localización estratégica de las islas, en medio del mar Mediterráneo (entre Sicilia, Túnez y Libia) haría que estas islas fuesen el foco de atención de luchas intestinas entre diversas naciones. Tras varios asaltos, sicilianos cristianos tomaron las islas a finales del siglo XI. Posteriormente, la expansión de la corona de Aragón por el Mediterráneo le llevó a controlarlas. La importancia religiosa de Malta, presentada como un bastión de la cristiandad la llevó en el siglo XVI a ser entregado su control a los Caballeros Hospitalarios (germen de la Orden de Malta) y a sufrir un fuerte asedio por parte del imperio otomano, que ansiaba el control de las islas.
El miedo de la pérdida llevo a las naciones cristianas a coaligarse en la conocida como Liga Santa y a enviar un ejército para su liberación (principalmente España). Gracias a la Liga Santa, Malta fue salvada y varios años más tarde, en la famosísima batalla de Lepanto, las potencias cristianas infligieron un duro golpe a la Otomana, asegurándose el control del Mediterráneo. A partir de aquí, Malta se desarrolló sin apenas problemas, salvo algunas incursiones de piratas berberiscos.
En el siglo XVIII, Napoleón ocupó la isla y tras su caída, ésta pasó a control del imperio británico que la fue “anglizando” durante todo el siglo XIX. Ya en el siglo XX, durante la segunda guerra mundial, sufrió los envites principalmente del ejército italiano pero acabó resistiendo todos los ataques. Por todo esto, Gran Bretaña le otorgó la cruz de San Jorge, que actualmente puede verse en la parte superior izquierda de su bandera. Ya finalmente, en 1964 el país se independizó de los británicos (aunque este proceso no culminaría totalmente hasta 1979). En el año 2004 se adhirió a la Unión Europea y al euro, moneda actual del país desde 2008.
Gubernativamente, Malta es una república parlamentaria unicameral (Cámara de los representantes), que es votada cada 5 años. El presidente maltés actúa como jefe de estado y luego existe la figura de un primer ministro.
Respecto a curiosidades, Malta es el país de la Unión Europea con menor índice de víctimas mortales en accidentes de tráfico por cada 100.000 habitantes. Esto contrasta con la mala fama que los conductores malteses tienen (basta con echar una hojeada a foros de conducción). Al país se le ha llegado a conocer como el Hollywood mediterráneo, pues han sido varias las películas que se han rodado en sus islas (Gladiator, Troya, Ágora, El conde de Montecristo, El expreso de medianoche…).
Como última curiosidad, señalar que el país es muy religioso y ha tenido una tradición católica muy ligada a la influencia de los caballeros de la Ordén de Malta. Su religiosidad les ha llevado a extremos curiosos, como que por ejemplo en muchas de las iglesias del país existan dos relojes en sus fachadas, uno con la hora correcta y otro con la incorrecta, con el objetivo de confundir al diablo para que no supiese cuando tocaba la misa y no hiciese acto de presencia. Aunque lo del diablo se atribuye a una leyenda, lo de los dos relojes con las horas distintas es verídico.
ANDORRA, Mezcla de españoles, catalanes y franceses.
Y con esto llegamos al penúltimo país de esta entrada. Andorra, oficialmente conocido como el Principado de Andorra tiene una superficie de 468 kilómetros cuadrados y una población censada de unos 76000 habitantes. Está situada en los Pirineos, cadena montañosa que separa España de Francia.
Al igual que ha ocurrido con otros de los pequeños países mencionados, el territorio andorrano fue poblado por distintos pueblos a lo largo de la historia. Se han reconocido asentamientos prehistóricos, seguidos de pueblos como los Andosinos hasta la llegada de los romanos. A la caída de estos últimos les tocó el turno a los visigodos primero y a los árabes después. La derrota musulmana en Poitiers (sur de Francia, año 732) provocó que este territorio fuese ocupado de nuevo por naciones cristianas, que lo establecieron como Marca Hispánica (territorio de frontera para controlar el avance musulmán). Así mismo fue integrado en el imperio carolingio y dentro de éste incluyeron sus dominios en el condado de Urgell en el año 839.
Tras varios siglos de inestabilidad territorial en la zona (principalmente entre el condado de Foix y el obispado de Urgell), donde Andorra cambió varias veces de manos, en el año 1278 se definen sus fronteras y se le reconocen sus derechos como principado, naciendo por lo tanto el país andorrano. Aún con todo, España y Francia se anexionaron sus territorios y aunque en la mayoría de los casos los devolvieron a los pocos años, Andorra quedó plenamente integrada en el reino francés desde 1620 hasta casi el fin del imperio napoleónico en 1815 (con algún periodo corto de pseudo-independencia de por medio).
En virtud de los acuerdos alcanzados en el siglo XIX, Andorra sería gobernada por un coprincipado, es decir, 2 príncipes que serían el Obispo de Urgell (designado por España) y el rey de Francia (actualmente al no haber rey en el país galo es el presidente del gobierno quien ostenta este cargo), forma de gobierno que dura aún en la actualidad. El resto del siglo XIX, el país lo pasó reformando su estructura interna, sin encontrar problemas externos.
Pero el siglo XX sería un tanto problemático para el principado. Los periodos revolucionarios, sumados a la guerra civil española llevaron a Francia a ocuparlo en varias ocasiones con el fin supuesto de evitar grandes altercados. Pero sin duda el hecho más bizarro ocurrió en 1934, cuando un ciudadano ruso, Boris de Skossyreff (foto), aseguró formar parte de una nobleza que por linaje le correspondía el país, y en virtud de ello se autoproclamó rey del principado. La situación se puso tensa provocando que el obispo de Urgell solicitase ayuda militar a España, quien respondió entrando en el país y expulsando al supuesto monarca. El resto del siglo Andorra permaneció tranquila y empezó a llevar una política económica cuyo fin era el de atraer turistas y compradores, fijando una baja tasa de impuestos para tal fin.
La forma de gobierno del país es un principado parlamentario. Como mencioné antes, en el país existen actualmente dos jefes de estado o copríncipes, que son el Obispo de Urgell (elegido por España) y el presidente de la república francesa. El puesto de primer ministro lo ocupa un ciudadano andorrano que es votado cada cuatro años y que conforma junto a seis ministros el parlamento andorrano.
Económicamente, Andorra subsiste gracias al turismo (turismo de esquí principalmente) y al sector financiero, cuyas peculiaridades han provocado en varias ocasiones que haya sido considerada como paraíso fiscal. Aunque no pertenece a la Unión Europea, Andorra cuenta con un trato especial dentro de ella, habiendo adaptado el euro como su moneda (siendo curioso que todavía este país no pueda emitir sus propios euros, aunque se supone que durante el 2014 podrá llegar a emitirlos).
En el apartado de curiosidades, Andorra es el único país del mundo cuya lengua oficial es el catalán. Además, su capital, Andorra la Vieja (Andorra la Vella en catalán) es la capital europea que se encuentra a mayor altitud (1123 m). Si uno quiere obtener la ciudadanía andorrana y por lo tanto un permiso de residencia, debe saber que primero necesita un permiso de trabajo, una serie de papeleos administrativos y justificar mediante un chequeo médico que la persona no tiene problemas de salud. ¿Por qué? Pues porque se quieren evitar que personas obtengan este permiso para cargar con altos costes a la seguridad social del país. Y por último, señalar que aunque el principado es un estado independiente, depende debido a los copríncipes de España y Francia. Andorra sólo ha sido 100% independiente durante 8-9 días, que fue el tiempo que duró el reinado del ciudadano ruso anteriormente mencionado en 1934.
LUXEMBURGO, el “pequeño gran país”
Y ya por último, el “hermano mayor” de estos países. Luxemburgo, situado muy estratégicamente en Europa, se encuentra rodeado por Alemania, Francia y Bélgica. Cuenta con una superficie de 2.586 kilómetros cuadrados y una población de unos 540.000 habitantes. Detenta el nombre oficial de Gran Ducado de Luxemburgo, y es regida como monarquía por un Gran Duque.
Los primeros pueblos de los que se tiene constancia que habitaron sus tierras fueron los tréveros, que fueron expulsados por los romanos. Tras la caída romana, en la edad media fue incorporada al reino franco quien lo administró en varias provincias de nombre Austrasia y Lotaringia. También en este tiempo perteneció al Sacro Imperio Romano Germánico. En el siglo XIV fue convertido en ducado y en el XV pasó a formar parte del territorio de Borgoña tras morir el duque sin descendencia masculina. A partir del siglo XVI, la historia del ducado queda ligada a España durante siglo y medio, al heredarlo el emperador Carlos I de España y V de Alemania.
Las negociaciones del fin de la guerra de sucesión española en 1714, conocidas como los tratados de Utrecht-Rastatt llevaron al fin del dominio español, y el país cayó en zona de influencia del Sacro Imperio Romano Germánico de nuevo. Así continuó hasta que durante el periodo francés revolucionario y napoleónico francés pasó a manos del país galo. La derrota militar napoleónica, llevó al ducado a la esfera de influencia de Bélgica y Holanda, quienes lo transformaron en un Gran Ducado y al mismo tiempo le arrebataron importantes porciones de su territorio. En 1867, Luxemburgo obtuvo su independencia de Bélgica y esta fecha se ha considerado como el inicio del país, cuya una de sus primeras medidas fue la de declararse estado neutral.
La independencia total llegó en 1890, cuando la unión dinástica con Holanda se terminó. Ya en el siglo XX, Luxemburgo fue invadida en dos ocasiones por Alemania (en ambas guerras mundiales). Tras la segunda guerra mundial, el país creó una especie de unión aduanera con Bélgica y Holanda, conocida como Benelux, que se ha considerado en algunos aspectos como una unión preliminar de la Unión Europea, de la que Luxemburgo fue uno de los 6 estados fundadores.
A nivel económico, el país destaca por la industria del acero, la química y la de los servicios financieros. Es muy curioso como casi todos los países pequeños que he mencionado son en la actualidad importantes centros financieros, debido en gran medida a las bajas tasas de impuestos del país y a las ayudas y exenciones fiscales. Su pertenencia a la Unión Europea le impide ser un paraíso fiscal como tal, aunque no lo necesita pues en el país hay una sede del banco europeo de inversiones que administra gran parte de las ayudas de la Unión Europea.
El país es una monarquía constitucional regida por un Gran Duque (con poder de disolver el parlamento) que actúa como jefe de estado y por un primer ministro y otros ministros que conforman la cámara de los diputados, que es votada cada 5 años.
Como curiosidades, Luxemburgo es sede principal del tribunal de justicia y del tribunal de cuentas de la Unión Europea. Además el país es el único Gran Ducado que existe en la actualidad. De los siete países de los que hablé en estas dos entradas, Luxemburgo es el único que tiene en su palmarés medallas olímpicas (4 en total). Por último, de los 28 estados que componen la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico-Norte), Luxemburgo es el país más pequeño. Todo esto indica lo muy integrado que Luxemburgo esta como país en el mundo occidental y en las decisiones importantes de la Unión Europea al haber formado parte de los comités fundacionales de la misma Unión y de la OTAN. Por lo tanto este pequeño país, es más bien un “peso pesado”.
Para terminar, espero haber aportado mucha información desconocida sobre estos países y que haya despertado la curiosidad para seguir informándose sobre ellos. En el mundo existen muchos países minúsculos, y puede que en un futuro les dedique una entrada. ¡Feliz semana! :D.