EL ORIGEN DE EXPRESIONES ESPAÑOLAS
No me cabe duda de que todos hemos oído o utilizado las expresiones que conforman esta entrada. Y es hasta probable que nos hayamos preguntado sobre su origen. Como se trata de algo curioso, uno de los motores de este blog, no me resisto a que nos visite de nuevo nuestra amiga la etimología.
DAR BANDAZOS
Os prometo que no daré bandazos en este post aunque más de uno puede marearse al saber el origen de esta expresión. Y el mismo lo encontramos en el interesante y duro mundo marinero.
Pero antes, hablemos de su significado. Dar bandazos consiste en cambiar permanentemente de opinión o forma de actuar. Demuestra poca consistencia en el proceder y suele ser el causante de mucha confusión.
¿Por qué la expresión procede del lenguaje marinero? Imaginémonos el movimiento de un barco en el mar. En episodios de tormenta, el mismo se inclina hacia sus cuatro lados: Proa, popa, babor y estribor. Pero es en los dos últimos donde reside el origen del término, ya que también se les conoce como banda de estribor y banda de babor. Por lo tanto, en una tormenta, el barco se mueve indistintamente hacia una y otra, yendo hacia las bandas o dando bandazos, los cuales cambian constantemente su dirección.
Así que en definitiva, la próxima vez que os digan que dais bandazos, imaginaros que sois un barco que surca una tempestad. No será bonito, pero tiene su componente épico, ¿no creéis?
SE TE VE EL PLUMERO
Otro clásico de la lengua española. Cuando se señala que a alguien se le ve el plumero, nos referimos a que están quedando bien claras sus ideas, intenciones o incluso actuaciones. Pero el asunto tiene más miga de lo que puede parecer.
Viajemos al convulso siglo XIX español. Pese a que el concepto surgió durante la ocupación napoleónica de España, parece que se desarrolló a partir del trienio liberal. Los liberales, encabezados por Rafael del Riego, tras acceder al poder, potenciaron el uso de una unidad conocida como milicia nacional, cuya misión en general era salvaguardar los principios del estado liberal. Lógicamente, había un claro componente político detrás de la misma. Yendo al grano, hay que señalar que sus miembros usaban un casco adornado de un penacho de plumas, un símbolo distintivo. Por lo tanto, aquí es donde encontramos la referencia a plumero, aunque la expresión no surgiría hasta la última parte del siglo XIX, durante la restauración.
En esta época, los periódicos conservadores la utilizaron para referirse a personajes liberales o que mostraban simpatías hacia ellos. Ya fuese con caricaturas o artículos, las referencias fueron pululando por la prensa y acabaron calando hondo en la población. Por ejemplo, la más famosa fue la de Práxedes Mateo Sagasta, la cabeza más visible de los liberales de la época, en la cual aparece vistiendo un penacho de plumas.
Por lo tanto, una persona a la que se le veía el plumero era en su origen alguien partidario de la ideología política liberal, siendo el punto de unión de la expresión el casco utilizado por la milicia nacional en el primer tercio del siglo XIX. ¿Curioso eh?
VENIR MAL DADAS
A todos nos han venido mal dadas más de una vez. Y con ello hacemos referencia a malos augurios o a situaciones en las que algo negativo nos va a pasar ante la creencia de circunstancias adversas.
Pero, ¿de dónde viene esta expresión? No es evidente pero sí que uno podría intuirlo. Y es que, como tantas otras, el origen lo encontramos en una baraja de cartas. Estoy seguro de que ahora la relación queda más clara.
Cuando nos reparten una mano de cartas en un juego, éstas pueden ser buenas, malas o normales. En el caso de lo segundo, el jugador va a tener muy complicado ganar la partida. Incluso, es posible que se queje señalando que las cartas le han venido muy mal dadas. Y si os fijáis, la expresión actual es exactamente esto. Ante algo que no pinta bien, uno sabe que la situación va a ser muy difícil en el futuro, aunque se trate de una partida de cartas.
Así que, la próxima vez que os vengan mal dadas, pensad que como las cartas, habrá una mano más tarde y posiblemente en esa nos vengan “bien dadas”.
DESCUBRIR EL PASTEL
No, no os voy a explicar una receta. Aunque sí que vamos a hablar de pasteles mientras diseccionamos una expresión muy curiosa. Cuando señalamos que se ha descubierto el pastel, indicamos que ha salido a la luz una situación que se pretendía mantener oculta. Y este componente oculto indica que detrás de ello hay engaño o algo anda limpio.
Como he dicho, la expresión es literal y hace referencia a un pastel de carne. Sobre su origen temporal no he encontrado referencias concretas, pero todo apunta a las trampas que algunos pasteleros hacían cuando cocinaban algunas de sus recetas. Por ejemplo, un pastel de carne con hueco en el interior o con un relleno distinto al que se anunciaba. Algunos clientes, no fiándose del producto, solicitaban su inspección, cortando un trozo y observando el engaño. De este modo, descubría el pastel.
Este componente de engaño fue popularizándose y abarcando otros sectores, de modo que hoy se utiliza en multitud de situaciones. Aun así, es muy gracioso el símil con el pastel, el cual podéis seguir imaginándoos si escucháis o utilizáis esta expresión.
OLERSE LA TOSTADA
Pasemos a la quinta y última expresión que vamos a tratar en esta entrada, la cual he de reconocer que me hace especialmente gracia. A los que estéis pensando que hace referencia a un trozo de pan cuyo estado deja bastante que desear, os equivocáis. Como en tantas otras expresiones que han pasado por esta sección, esta palabra tiene un origen distinto.
Pero antes de explicarlo, señalemos que olerse la tostada hace referencia a cuando sin saberlo a ciencia cierta, se está bastante seguro sobre un hecho o situación, la cual es percibida como negativa. De ahí el componente pesimista de la expresión.
Pero, si no hace referencia a un trozo de pan, ¿de dónde viene la palabra tostada? Hemos de mirar a la jerga de la germanía, la lengua de los maleantes de los siglos XVI y XVII. En ella, tostada es utilizada como prejuicio, engaño o timo. Por lo tanto, la expresión significa olerse el engaño.
He de reconocer que era más divertido imaginarse a alguien olisqueando un trozo de pan, pero la expresión no deja de ser curiosa. Espero que si hay algo malo rondándoos, seáis capaces de oleros la tostada.
CONCLUSIONES
Si has llegado hasta aquí, te felicito y te doy las gracias. Ahora sólo te pido que si te gustó la entrada, me lo hagas saber en los comentarios y la compartas en tus redes sociales. Si no, me gustaría saber aquello que no te convenció. Y si te he dejado con ganas de más, lee otras entradas sobre curiosidades etimológicas.
Un abrazo y, ¡nos vemos la semana que viene!
BIBLIOGRAFÍA:
La principal fuente consultada ha sido la obra:
- Alberto Buitrago (2012), Diccionario de dichos y frases hechas. Editorial Espasa Libro