¿EGIPCIOS CIRCUNNAVEGANDO EL MUNDO?
Esta semana os traigo algo que aún me tiene asombrado. Si es cierto como todo apunta, estamos ante una de las hazañas más desconocidas de la humanidad. Algo que puede cambiar nuestra concepción de los viajes del ser humano por mar. Pero bueno, no os sigo teniendo con la intriga y paso a explicar unos hechos que no os dejarán indiferentes.
DE ERATÓSTENES A LA MAR
Para entender esta historia debemos viajar al siglo III a.C. a Egipto. Por aquel momento gobernaba la dinastía de los Ptolomeos, familia que adquirió el poder tras la caída de Alejandro Magno. Gobernaba por entonces el monarca Ptolomeo III, un hombre culto que apoyó a las mentes brillantes de la época. Entre ellas, toca destacar a Eratóstenes de Cirene. Cirene hace referencia a la región de Cirenaica que corresponde actualmente a Libia. Señalar que Eratóstenes entre otros cargos llegó a ser director de la famosísima Biblioteca de Alejandría.
Pero Eratóstenes no ha pasado a la historia principalmente por eso. Uno de sus mayores logros fue determinar las dimensiones de nuestro planeta Tierra. Como tantos otros científicos de la antigüedad, sostenía que la tierra era esférica y dedicó grandes esfuerzo a demostrarlo.
Observando que durante un solsticio el fondo de un pozo se iluminaba, pensó que en este momento los rayos de sol eran totalmente verticales. Si fuese así, los objetos verticales como pilares no producirían sombra en este momento. Pero ya sea por los documentos que halló en la Biblioteca de Alejandría o por sus experiencias, se dio cuenta de que esto no era así. Infirió que tenía que ser debido a la esfericidad de la Tierra. ¿Cómo lo demostró? Aprovechando un solsticio de verano, calculó la sombra que producía una columna en la ciudad de Alejandría, comparándola con el pozo anteriormente mencionado y situado en Asuán. Sabiendo la distancia entre ambas ciudades, halló el arco de circunferencia, el cual utilizó para determinar el resto.
Con esto y tras unas correcciones, llegó a la conclusión de que nuestro planeta debía tener por perímetro unos 46.200 kilómetros. Pero no está del todo claro la medida que utilizó, pues algunos historiadores sostienen que se basó en otra, siendo el total de 39.600 km. Sabiendo que actualmente se acepta que este valor es de 40.000 km, podemos ver que el error fue mínimo. Otro hito de la ciencia con los escasos medios de la época. Antes de proseguir os recomiendo que visionéis el siguiente vídeo muy vistoso a modo de resumen:
Pero os preguntaréis, ¿y todo esto para qué? Pues fue la raíz de todo. Al conocer Ptolomeo III estos datos, pensó en mandar una expedición que circunnavegase el mundo buscando nuevas rutas comerciales (como siempre el comercio como inicio). No fiándose del Mediterráneo por la presencia de enemigos ni del Atlántico por su supuesto desconocimiento, optó por avanzar por el este. Y para ello encargó la tarea a dos navegantes libios, el capitán Rata y el piloto Maui.
DE EGIPTO A NUEVA GUINEA
Comencemos con la epopeya. Sabiendo la información descubierta por Eratóstenes y parece ser que ayudados por instrumentos astronómicos para guiarse durante la navegación, partieron en el año 232 a.C. Por las razones anteriormente mencionadas, su punto de partida fue el mar Rojo, buscando ir de oeste a este.
Por desgracia, no se tienen datos específicos de la travesía, pero si conocemos estos hechos es por los registros hallados en diversas cuevas. La geográficamente más cercana se descubrió en Nueva Guinea (al norte de Australia) en 1937. En la conocida como Cueva de los Navegantes, se hallaron varias inscripciones que incluyen explicaciones matemáticas, los instrumentos de navegación utilizados y referencias al Faraón, su mujer e hijo.
Mucho se ha teorizado si estas referencias fueron para instruir a los habitantes de las islas o simplemente para dejar constancia de su viaje. Pero el simple hecho de haber llegado a esta zona y de haberse preservado tal tesoro es una hazaña.
Y a partir de aquí os introduzco al zoólogo británico Barry Fell. Su pasión por las lenguas antiguas y su difusión le llevaron a sentirse cautivado por las inscripciones de la Cueva de los Navegantes. Sus investigaciones partieron al comparar las inscripciones halladas con la lengua que se hablaba en la libia cirenaica del siglo III a.C. Sus conclusiones fueron claras: Había bastante similitud. Rata y Maui habían sido los autores de esas inscripciones y su viaje era cierto.
Pese a todo, os adelanto que las investigaciones de Barry son puestas en tela de juicio por multitud de académicos. Esto puede hacernos dudar de su veracidad, pero no olvidemos cuántas veces se ha tomado a personas que estaban en lo cierto por locos.
DE NUEVA GUINEA A POLINESIA
Pero las referencias al viaje no terminan aquí. En islas como Pitcairn, Fiji y otras de Polinesia se han hallado inscripciones muy similares. Siguiendo la misma metodología empleada, Barry fue traduciendo las inscripciones y comparando las lenguas polinésicas actuales con el libio antiguo. El resultado volvió a sorprenderle. Todo apunta a que estas lenguas son una evolución del libio.
Pero lo más sorprendente vino al estudiar la mitología. Para los polinesios, Maui es el nombre de un semidiós que se dice que creó las islas Hawai. Su nombre además lo podemos encontrar en lugares repartidos por el Océano Pacífico, tales como Nueva Zelanda y la propia Hawai. Y si esto fuera poco, Rata también aparece en las leyendas, siendo representado como un pájaro gigante.
Todo esto nos lleva a preguntarnos si la importancia de esta expedición fue capital. ¿Tomaron los nativos polinesios a Maui y Rata como dioses y los veneraron? ¿Poblaron los egipcios Polinesia colonizándola desde otras islas? Barry lo tenía claro: Rata y Maui fueron los padres fundadores de Polinesia.
DE POLINESIA A ¿AMÉRICA?
Como dije al principio, el objetivo de partida de la expedición era circunnavegar el mundo. Es por esto por lo que cabría preguntarse qué pasó con ella a partir de Polinesia. Debemos viajar a Tinguiririca, cerca de la capital de Chile para encontrar la respuesta. Allí en 1885 se había descubierto una gruta con extrañas inscripciones que en un principio se tomaron por indígenas. Pero cuando Barry Fell las analizó, volvió a observar el mismo patrón e incluso se sorprendió al traducir y adaptar una de ellas:
«Límite meridional de la costa alcanzada por Maui. Esta región es el límite meridional de la tierra montañosa que el comandante reclama, por proclamación escrita, en esta exultante tierra. A este límite sur se dirigió la flotilla de buques. Esta tierra la reclama el navegante para el rey de Egipto, su reina y su noble hijo, habiendo recorrido un viaje de 4.000 millas, tierra escarpada, poderosa, montañosa y elevada. Agosto, día 5, del año 16 de reinado. «
Lógicamente el mes es una adaptación del calendario egipcio al actual, pues Agosto no existía como tal en la época. En el caso de ser cierta esta inscripción, estamos ante la casi total confirmación de que América fue visitada por estos navegantes libios. Increíble.
¿Y DESPUÉS?
Aunque han ido apareciendo más referencias a lo largo del continente americano, ninguna ha sido tomada tan en serio como las anteriores. Hay muchas teorías, pero me gustaría señalar la que actualmente podría considerarse como más “realista”.
Rata y Maui partieron de Egipto y supongo que bordeando Asia recalaron en Nueva Guinea. De allí navegaron por el sur hasta las islas Fiji y Pitcairn antes de dar el salto a América. Una vez llegado a Chile, la expedición se dividió en dos buscando un paso marítimo a través del continente americano (como siglos más tarde harían españoles y portugueses). Maui fue al norte, llegando a México y Hawai y Rata al sur, supuestamente bordeando Chile y Argentina. Esta explicación encajaría con la mitología polinesia generas dudas en el caso de Rata. Algunos investigadores han señalado la curiosidad de que en Brasil haya una isla con su nombre y algunas inscripciones en EEUU, pero son vagas aproximaciones. Aun así, es apasionante el simple hecho de planteárselo.
Para finalizar, otra pregunta: ¿Dieron la vuelta al mundo? Lamentablemente no nos ha llegado nada al respecto. Parece ser que la expedición jamás regresó de vuelta. El por qué nunca se ha sabido.
CONCLUSIÓN
Vayamos por partes. Se está bastante de acuerdo en que la expedición llegó a Nueva Guinea, lo que ya de por sí supone una gesta tremenda. Esto nos da una lección doble. Por un lado nos enseña que nuestros antepasados no estaban tan atrasados como pensamos. Y por otro que el ser humano no tiene límites cuando se propone algo.
Pero vayamos al colofón. Si los indicios del viaje en América son ciertos, cabe hacerse varias preguntas. ¿Se pudo hacer porque las condiciones climáticas lo permitieron? ¿Ha sido factible el viaje a América desde hace siglos? Si es así, es un golpe tremendo a nuestra concepción histórica. ¿Cristóbal Colón supo de estos viajes y aprovechó su información para llegar allí?
Surgen muchas preguntas y la verdad es que es una gozada preguntárselas. Ahí os dejo con ellas. Si os gustó la entrada, os dejo con otras exploraciones.
¡Hasta la semana que viene!
BIBLIOGRAFÍA
Recomiendo la lectura de los dos primeros pdf, pues tienen un resumen muy bueno de los hechos.