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LA TROMPETA DE JERICÓ

PD1- Imperio Austrohúngaro y Yugoslavia

AUSTRIA HUNGRÍA, YUGOSLAVIA Y CENTROAMÉRICA

ÍNDICE DEL POST

    La geografía y la historia han estado muy ligadas desde hace mucho tiempo. Salvo contadas excepciones (englobadas casi todas de ellas en momentos de reparto de grandes territorios tras un proceso colonizador), las fronteras de los países han correspondido con accidentes geográficos y zonas con población mayoritaria de una cultura o religión. Pero como uno se puede imaginar, estas fronteras nunca han sido estáticas y en muchos casos la historia ha asistido a su modificación e incluso al nacimiento de países, repúblicas, imperios y reinos (y su posterior caída).

    Y sobre estos territorios desaparecidos va a tratar esta entrada. Aunque son cientos los “países” que han desaparecido, voy a centrarme en aquellos casos cuya caída significó un cambio de panorama en su región e incluso de su continente. Por lo tanto inauguro una nueva sección, aquellos “estados” que cayeron. Como es mucha información que se puede comentar alrededor de ellos, intentaré ser breve y ceñirme principalmente a su proceso de formación, apogeo, caída y cómo se configuró el panorama tras ella, de modo que a uno permita hacerse una idea de la importancia que pudo tener. Os aseguro que aunque hay muchos casos conocidos, hay otros tan extraordinarios como olvidados. He aquí una primera selección con tres casos:

    AUSTRIA Y HUNGRIA, MÁS QUE DOS NACIONES (IMPERIO AUSTROHÚNGARO)

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    No hay que ser un genio para darse cuenta que el nombre de este imperio está formado por la unión de dos países: Austria y Hungría. La monarquía dual, que así fue como se conoció a este imperio, fue una transformación llevada a cabo en Centroeuropa tomando principalmente como base los territorios del conocido como Imperio Austriaco que existió formalmente desde 1804 a 1867. El imperio austriaco era la suma de los territorios del sur de Alemania (la parte del sacro imperio romano germánico no absorbida por la influencia alemana), el Archiducado de Austria, la República de Venecia y el Reino de Hungría. A la vez, este imperio tenía dos grandes divisiones poblaciones, una que consistía en los territorios con mayoría de población alemana (ligados a la Confederación Germánica) y el resto de territorios aunque pertenecían al imperio Austriaco, no entraban dentro de esta confederación y era habitada fundamentalmente por eslavos (en la foto en rojo están las fronteras de esta Confederación).

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    Tras la época napoleónica y la constitución de esta Confederación Germánica, el Imperio Austriaco perdió territorios en el norte de Italia y en la zona actual del suroeste polaco, pero mantuvo su cohesión y su influencia incluso en estados del sur de Alemania (Bavaria, Baden y Wurtemberg). Pero el proceso de unificación alemán afectaría en gran medida al imperio. Prusia, en 1866 agrupó en una única nación conocida como Confederación Alemana del Norte a todos los territorios que caían bajo su influencia territorial. Con el fin de controlar los estados del sur de Alemania anteriormente mencionados, la confederación declaró la guerra al Imperio Austriaco en 1867 y tras ganarla, le provocó una crisis importante. La Confederación se extinguió y dejó en el aire a muchos territorios del Imperio Austriaco. Con el fin de aglutinarlos y evitar fragmentarse en muchos pequeños países, este imperio, mediante el compromiso Austrohúngaro, pasó a constituirse como monarquía dual, de modo que tanto Austria como Hungría (hasta ese momento vasalla del imperio) pasaban a tener los mismos derechos. A partir de este hecho, nacía el conocido como Imperio Austrohúngaro.

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    Este imperio es un claro ejemplo del romanticismo que muchos historiadores aún le atribuyen. A nivel nacional se caracterizó por el hecho de aglutinar a poblaciones de varias nacionalidades y grupos culturales distintos (de hecho contaban con personas de 15 nacionalidades distintas, con 12 lenguas diferentes y 7 tipos de confesiones religiosas). Ahora bien, si metemos todo esto en una coctelera, y le añadimos como ingrediente principal los movimientos nacionalistas e independentistas del siglo XIX y XX, uno se puede imaginar que el experimento no iba a acabar bien. Austrohungría contaba en mayor o menor porcentaje con territorios que actualmente pertenecen a Austria, Italia, Eslovenia, Croacia, Serbia, Bosnia, Montenegro, Hungría, República Checa, Eslovaquia, Polonia, Ucrania y Rumanía (casi nada…)

    A pesar de ello, durante muchos años pudo resistir estos envites, basando su política internacional en una fuerte alianza con el Imperio Alemán de la época, alianza que duraría hasta casi el final de su existencia en 1919. Hasta este año, sus fronteras sólo cambiaron al anexionarse los territorios de la actual Bosnia-Herzegovina, lo que le añadió otra minoría, con otra lengua y otra religión al global nacional. Es en este momento cuando su extensión será mayor contando con unos 676.000 km2 y con casi 53 millones de personas. Cabe además señalar que la participación del país en el reparto colonial africano fue despreciable y su política se centro principalmente en una enemistad y rivalidad con el imperio Ruso y con Serbia.

    Y así llegamos a la primera guerra mundial. Muchas veces se ha dicho que aunque no fue la causa principal, el detonante directo de la guerra fue el asesinato del Archiduque Francisco Fernando (heredero del imperio) en Sarajevo (Bosnia). Tras culpar a Serbia de lo sucedido Austrohungría atacó el país, lo que motivó escalonadamente la suma de otras potencias al conflicto y el inicio de la guerra europea. Y esta guerra iba a ser el golpe definitivo para el imperio Austrohúngaro. Las derrotas militares acentuaron el espíritu de independencia de las minorías del interior del país, y al final ante el caos interno y el mal desarrollo de la guerra, sucumbió. Los tratados de paz de 1919, conocidos como el de Saint-Germain en el lado austriaco y como el de Trianón en el lado húngaro supusieron la desmembración del país en 7 países distintos y acabó con la influencia que Austria y Hungría habían desarrollado en esos territorios desde hacía más de 5 siglos.

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    Sin duda este imperio ha sido un claro ejemplo de cómo la caída de una gran nación puede provocar la aparición de muchas otras y a la larga el borrado de las huellas fronterizas que poseía. Aunque este caso no fue el único, ya que el siguiente que voy a comentar también es un claro ejemplo de partición, con ramificaciones incluso en el siglo XXI.

    EL AVISPERO DE LOS BALCANES (YUGOSLAVIA)

    Sin duda estamos ante uno de los casos más llamativos y tristes del final del siglo XX y del inicio del siglo XXI. Cada cierto tiempo aparecen en las noticias nuevos problemas en los territorios que conformaron la nación yugoslava. Pero, ¿podrán salir nuevos países de sus terrenos? Aunque sea difícil asegurarlo, siempre queda la duda pues en los últimos 20 años ha sido lo que ha ocurrido. Pero para entender un poco los Balcanes hay que rebobinar en el tiempo.

    Balcanes cuestion de oriente

    Desde aproximadamente el siglo XVI, los Balcanes fueron la frontera entre los estados cristianos y los musulmanes representados por el Imperio Otomano (del que hablaré en otra entrada). Aunque de modo intermitente en sus terrenos hubo naciones (como Venecia, Serbia, Bosnia y Ragusa) la zona no experimentó grandes cambios hasta el siglo XVIII. A partir de ese momento Austria, Hungría y el futuro imperio Austrohúngaro comenzaron a restarle poder en la zona siendo un claro ejemplo la independencia de Serbia y Montenegro. Las guerras de los Balcanes de 1912 y 1913 acabaron con el dominio Otomano y demostraron el polvorín que era esta zona, volviendo a quedar patente durante la primera guerra mundial.

    Tras la misma, ya sea con el objetivo de dar cohesión al territorio, o bien para evitar la aparición de decenas de sub estados que complicasen aún más la estabilidad de la región, diferentes minorías de origen eslavo se unieron y gracias al apoyo de los vencedores de la guerra fundaron un estado conocido como Reino de Serbios, Croatas y Eslovenos, germen de la futura Yugoslavia. Ya en la creación de este territorio se pudo observar que las fronteras no satisfacían plenamente a los países limítrofes (Bulgaria, Grecia, Albania, Italia, Hungría y Rumanía), de modo que estos aseguraban que se trataba de un estado artificial impuesto por los vencedores. Este problema, unido a la dificultad de entendimiento entre los diferentes grupos étnicos, provocó una crisis interna que acabó con la clausura del parlamento por el monarca en 1929 y el cambio de nombre oficial del país a Reino de Yugoslavia (Yugoslavia viene a significar tierra de los eslavos del sur).

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    Y así fueron pasando los años, con algunas inestabilidades en su política (nada nuevo bajo el sol) hasta que en 1941 Alemania invadió el país. Con el fin de buscar el apoyo de las minorías para tareas anti partisanas, los nazis crearon 3 estados títeres: Croacia, Serbia y Montenegro. Aún así se volvió a dar durante la guerra una lucha encarnizada entre facciones, pues por un lado estaban los pro alemanes, por otro los enemigos de ella (principalmente los comunistas y los Chetniks, así mismo peleados entre ellos) y por último aquellos que reivindicaban la independencia de su país (esta insistencia en la falta de unanimidad viene a demostrar una y otra vez lo difícil que era gobernar los Balcanes).

    Tras la caída de los nazis, hubo una especie de intento de guerra civil, pero esta no llegó a mayores debido a que los comunistas encabezados por Jozip Broz “Tito” se hicieron rápidamente con el poder. Yugoslavia pasaba a ser una república federativa de tintes socialistas y sería en estos momentos cuando alcanzaría su máximo prestigio y estabilidad. A pesar de caer del lado soviético en el conocido como “Telón de acero”, el país se desligó en muchos aspectos de las doctrinas soviéticas y aplicó una gestión socialista que ha sido valorada positivamente por diversos historiadores. Como curiosidad, hay que señalar que llegó a desarrollar un programa espacial que acabó vendiendo a los EEUU. Así transcurrieron los años hasta el fallecimiento de Tito en 1980.

    A partir de este momento Yugoslavia entró en decadencia y los movimientos nacionalistas empezaron a cobrar importancia de nuevo. La razón que señalaban era que de todos los grupos que habitaban el país, eran los serbios los que realmente ostentaban el poder y los que querían imponer su dominio sobre el resto. Tras muchas declaraciones de intenciones, a partir de 1991 comienza el desastre. Eslovenia y Croacia fueron las primeras en proclamar su independencia, lo que motivó el inicio de las hostilidades por parte del gobierno Yugoslavo de Belgrado. Posteriormente Macedonia en el mismo 1991 y Bosnia-Herzegovina en 1992 se independizaron del resto. La guerra estaba servida.

    Para colmo de males, Europa y EEUU no fueron realmente efectivas a la hora de evitar la escalada del conflicto y de una manera u otra permitieron el empeoramiento de la situación hasta extremos crueles (la guerra duró diez largos años, desde 1991 hasta el 2001). Las naciones que no se independizaron (Serbia y Montenegro) formaron una nueva república federal Yugoslava que duraría hasta 2003. Posteriormente, el país que surgió tras su caída, Serbia-Montenegro, volvería a separarse en 2006. Y para acabar, en el año 2008 de los territorios que le quedaban a Serbia, surgió un nuevo estado que es aún hoy en día motivo de polémica con Serbia: Kosovo.

    800px-Former_Yugoslavia_2006

    Por lo tanto, de una sola nación en 1990, en 18 años se pasó a 7 (Eslovenia, Croacia, Bosnia, Serbia, Montenegro, Macedonia del Norte y Kosovo). Aunque normalmente se suele olvidar, existe otra nación en sus dominios pero que no ha tenido apenas reconocimiento internacional. Se trata de la conocida como República Srpska, que integrada en el territorio de Bosnia-Herzegovina ocupa casi la mitad de su extensión. Las razones de ser de este pseudo-estado residen en la guerra entre Serbia y Bosnia, pues en los territorios adjudicados a Bosnia, había zonas con mayoría de población serbia que se negaron a formar parte directa de un estado musulmán. El resultado fue una fórmula algo artificial y que espero que no reviente en un futuro.

    El caso yugoslavo sigue levantando pasiones en sus países, que aún conservan las heridas de una guerra que destrozó un país cuya gestión fue muy laureada por aquellas personas que la conocieron. Esperemos no tener que volvernos a echar las manos a la cabeza por nuevos desastres ocurridos en sus fronteras.

    ¿UNA REPÚBLICA CENTROAMERICANA? (REPÚBLICA FEDERAL DE CENTROAMÉRICA)

    Para acabar esta entrada, quisiera hablar de una nación que aunque existió sólo durante 15 años, es muy desconocida por el público general y no dejó de ser un caso curioso en Centroamérica.

    La independencia de los españoles llevada a cabo por diversas naciones en la primera mitad del siglo XIX, tuvo como consecuencia el retroceso colonial español y la aparición de diversos estados. Tras la paz con México en 1821, todos los territorios del centro y del norte de América, pasaron a manos del conocido como primer Imperio Mexicano, que duró desde 1821 hasta 1823. Los territorios de Centroamérica, que habían formado parte del Reino colonial español de Guatemala, rechazaron el dominio mexicano, y aprovecharon la caída del primer imperio para desligarse y formar un nuevo estado: Provincias Unidas del Centro de América.

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    Con el fin de asentar a la nueva nación, se decidió elaborar una constitución moderna para la administración de todos los territorios que se asociaron (Guatemala, Honduras, Costa Rica, El Salvador, Nicaragua y algunas zonas de Belice). Tras la ratificación de la misma, las provincias pasaron a denominarse República Federal de Centro América. La capital y el peso fuerte de esta república estuvieron casi totalmente centralizados en el territorio de Guatemala, aunque El Salvador también tuvo un peso importante en las decisiones. El estado en sus orígenes tenía unos objetivos ambiciosos (el más llamativo fue el presentar un proyecto que permitiese conectar marítimamente el océano Atlántico al Pacífico a través de Nicaragua), pero desde su origen tuvo que lidiar con muchos problemas.

    Los principales fueron las pugnas entre los partidarios de una tendencia liberal, y aquellos cuya influencia y poder databa del periodo de dominación español. Del mismo modo existía cierta rivalidad entre los estados que conformaban la república lo que dificultaba la aplicación de una política común. Esta situación degeneró hasta provocar una guerra civil en 1827 cuyas acciones duraron dos años. Francisco Morazán fue el gran triunfador y hasta la desaparición del país pasó a tener un peso muy importante en las decisiones políticas.Pero al igual que ocurriese en España en el siglo XIX, la estabilidad duraba muy poco.

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    Al poco tiempo volvieron a mostrarse los problemas entre facciones y territorios, provocando el decaimiento del país y los deseos nacionalistas de separación. A pesar de los intentos de mantener la unidad, la nación se resquebrajó y a partir de 1838 fueron varios los estados que se desligaron de ella (Nicaragua, Honduras y Costa Rica). Esto provocó otro estallido que degeneró en guerra y acabó con la disolución del país en 1839 tras la separación entre Guatemala y El Salvador (el germen real de poder). La separación acabó por lo tanto con la creación de 5 estados que destruyeron la posibilidad de un estado fuerte en Centroamérica (lo que vino a interesar a todas las naciones del entorno, las cuales cabe pensar que ayudaron en la inestabilidad propia del país).

    A lo largo de todo el siglo XIX se dieron varios intentos para volver a reunificar a los países en uno sólo, pero casi todos ellos o no contaron con el apoyo suficiente o fueron derrocados militarmente por golpes de estado. Y es que repito, a países como por ejemplo EEUU no le interesaba la presencia de un estado fuerte en América central. De todos los intentos, el que tuvo más éxito fue el llevado a cabo tras la unión de Honduras, El Salvador y Nicaragua (República de América Central) en 1895. El experimentó sólo duró tres años y fue militarmente vencido poco después de haber cambiado su nombre oficial por el de Estados Unidos de Centroamérica.

    CONCLUSIÓN

    En esta entrada he tratado tres casos que me han parecido especialmente curiosos e impactantes, pero en posteriores trataré algunos más. A los más curiosos, les dejo un enlace con una página con mapas al estilo google maps en el cual se pueden ver las fronteras mundiales desde el 3000 a.C. hasta la actualidad. ¡Feliz curioseo! ¡Hasta la semana que viene!

    www.geacron.com

    Lee sobre otros estados que cayeron

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