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LA TROMPETA DE JERICÓ

Calendarios (II): Semanas y horas (babilónicos y egipcios)

EL PORQUÉ DE LA DURACIÓN DE LAS SEMANAS Y LAS HORAS

ÍNDICE DEL POST

    Calendar_0La semana pasada expliqué un poco los hechos que motivaron que actualmente tengamos un calendario con 12 meses por año y al que se le añaden un día bisiesto cada 4 (entrada que podéis leer clicando aquí), pero aún queda mucho más por explicar. En esta voy a hacer zoom más allá de los meses, explicando las semanas, los nombres de los días e incluso algunas pautas de la división horaria. Y como siempre adornaré todo con algunas curiosidades.

    LA SEMANA Y SUS DÍAS

    Muchos podremos preguntarnos por qué dividimos el tiempo en semanas de 7 días. Esta división resulta muy lógica en la actualidad, pues permite armonizar la actividad productiva en intervalos regulares y definir un status armonizado de tareas. Pero claro, si esto tiene lógica en la actualidad, no la tiene en los albores del recorrido del ser humano.

    Y es de nuevo en la luna donde debemos fijarnos. Como mencioné en la entrada anterior, un ciclo lunar dura alrededor de 29 días y presenta 4 formas características.

    Calendario lunar enero 2014
    Calendario lunar enero 2014

    Suponiendo que el movimiento de los ciclos es regular (que realmente no lo es), tendremos una manifestación cada 7-8 días, valor que corresponde (un poco burdamente) con la semana actual. Aun así esto provocaría a la larga desfases, pues tomar valores exactos para cosas que no lo son conlleva un error acumulado. Pero los antiguos, suponiendo que la precisión total del tiempo no era tan importante, sí que les valía para establecer una organización básica.

    Otra posibilidad que se remonta a Babilonia e incluso antes, señala que el valor 7 puede corresponder al número de astros que eran visibles y conocidos en la época y que del mismo modo eran venerados como deidades. Estos 7 cuerpos celestes eran: El Sol, la luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno (ojo a esta teoría porque veréis el gran impacto que ha tenido en los días de la semana). Por lo tanto podría ser plausible pensar que dedicaron un día en honor a cada uno de estos astros, provocando una cadena repetitiva de días cada 7 (aunque esta teoría suena muy bien, parece al mismo tiempo algo forzada).

    Pero si seguimos buscando explicaciones, pronto nos topamos con las religiones. Todas han dado una posible explicación del origen del mundo o han influenciado la elección de un valor concreto. En la religión judeo-cristiana por ejemplo, se dice que dios creó el mundo en 6 días y al séptimo descansó (lo que equivale al actual concepto de lunes-sábado laborable y domingo de descanso). Hay una particularidad curiosa y es que si la teoría de los planetas-deidades es cierta, es lógico que la religión judeo-cristiana monoteísta la haya cambiado, pues no iba a aceptar que la semana venía de otros dioses “más antiguos”, teoría que dinamitaría una de sus bases teológicas.

    Sin títuloSea como fuere, el valor fijo de 7 fue modificándose según la región y la época (los egipcios tenían semanas de 10 días y los romanos con Octavio Augusto consideraban una semana de 8 días). Pese a haber encontrado varias teorías, parece ser que la que definitivamente acabó fijando este número fue el cristianismo, y más concretamente con la aceptación y proclamación del mismo como religión oficial del Imperio Romano por parte de Constantino I en el siglo IV d.C. Por cierto, semana viene del latín “septimana”, que viene a su vez de siete (quedando englobada su duración en la misma palabra).

    Ahora queda analizar qué día se consideraba el inicio de la semana. Y atención al artificio que el historiador Dion Casio (siglo III d.C) comenta que se realizó:

    Inicialmente, la Tierra era considerada el centro del Sistema Solar. Según este criterio y sabiendo el tiempo que los astros conocidos tardaban en dar la vuelta a la misma (a más tiempo se suponía más distancia), el orden era el siguiente de mayor a menor distancia: Saturno, Júpiter, Marte, Sol, Venus, Mercurio y la Luna (repito, sólo se conocían estos en la época). Ahora bien, en aquella época ya se dividía el día en 24 segmentos (que explicaré posteriormente). Si asignas a cada uno de estos segmentos (horas) según el orden mencionado y vas repitiendo haciendo series, te quedará una lista. Si en esta lista te fijas en qué nombres ocupan la posición 1, 25, 49, 73, 97, 121 y 145, se tiene el astro al que le corresponde la primera hora de ese día. Y este astro por veneración se usó para nombrar al día que abría. Del mismo modo este sistema muestra que a partir de la hora 169 el sistema se repite, lo que es un indicativo de unidad fija de tiempo. En la siguiente imagen lo resumo todo:

    tt

    Con este sistema el orden de los días es el siguiente:

    Saturno, Sol, Luna, Marte, Mercurio, Júpiter y Venus. ¿No os resulta nada familiar? Excepto los dos primeros, tenemos Lunes (Luna), Martes (Marte), Miércoles (Mercurio), Jueves (Júpiter) y Viernes (Venus). ¿Y el sábado y el domingo? En Español Sábado viene del hebreo Shabat (el día de descanso de los judíos) y Domingo viene de Dies Dominicum (día del Señor, de clara alusión cristiana).

    etimologia-dias-semanaEn otros países de origen germánico se utilizaron y/o adaptaron los nombres en función de sus deidades, aunque dejando un trasfondo que aún a simple vista puede reconocerse. Os dejo un enlace con algunos ejemplos donde más o menos se puede intuir este origen.

    Días de la semana en otros idiomas

    Como curiosidad, a pesar de las normalizaciones que han sido implantadas a nivel mundial, para los judíos la semana comienza el Sábado y para los musulmanes el Domingo, y por razones análogas religiosas, muchos calendarios tienen su primer día de la semana el Domingo, aunque a niveles generales consideremos una semana de Lunes a Domingo.

    Para más info: http://www.abc.es/20120818/ciencia/abci-dias-semana-tienen-orden-201208171525.html

    LOS DÍAS Y SUS HORAS

    Aunque para explicar el calendario en general he tenido que ir dando saltos entre diferentes unidades de tiempo, he querido llegar hasta la que en los mismos es la menor que podemos ver, los días.

    Como ocurriese con los años, según el sistema de referencia considerado tenemos días solares y días sidéreos. Pero lo básico es señalar que se supone que un día es el periodo de tiempo que tarda la Tierra (o el Sol) en volver a estar en el punto más alto del horizonte.

    Tras mucho consultar la red, he podido observar que tanto en las civilizaciones babilónicas como la egipcia ya se usaban métodos para contabilizar las horas. Aunque no está 100% confirmadas las razones de por qué nuestros días tienen 24 horas y cada hora 60 minutos (no es más que un criterio), existen varias particularidades que nos pueden ayudar a descifrarlo:

    400px-Babylonian_numerals.svg
    Sistema sexagesimal Babilónico

    Se cuenta que los babilónicos usaban en vez de la base decimal actual (actualmente agrupamos de 10 en 10 supuestamente porque es más fácil contar al tener 10 dedos entre las dos manos), la base 60, relacionando todos los números con él. ¿Por qué? Una teoría explica que el número 60 es muy fácilmente divisible por 1,2,3,4,5,6,10,12,15,20,30 y 60 (12 en total), siendo el primer número que cumple esta condición partiendo del 0 (el inmediatamente inferior es 48 que tiene 10 divisores). Esto lo convierte en un número muy potencialmente divisible y que permite hacer representaciones (las cuales se hacían generalmente a mano).

    Pero personalmente esta teoría aunque no deja de ser curiosa le faltan elementos que posiblemente se hayan perdido con el paso de los años. Vale, podemos hacer una especie de aproximación a la duración de las horas y de los minutos pero poco más.

    Y aquí los egipcios acuden al rescate, o eso nos cuentan. La base 60 fue retocada supuestamente por una nueva basada en el cálculo de las falanges de la mano. Es decir, si uno no cuenta el pulgar, nos quedan cuatro dedos divididos a su vez en “tres sectores” o falanges. Si se suman todas, se obtiene en cada mano 12 (así se dice que contaban los egipcios).De este modo, utilizando los dedos de la otra mano como auxiliar, podían hacer múltiplos de 12 (en total 12×5 = 60).

    falangesNo sé hasta qué punto este sistema de conteo pudo influir en la división del día en 24 horas, aunque si miramos matemáticamente el número 24 nos damos cuenta de que es el primero que tiene 8 divisores, lo que de nuevo lo convierte en un número de fácil división para su representación. Y además si hacemos caso a la relación con el conteo de las manos, cada día son dos periodos de 12 horas (contándose en cada mano 12).

    Pero existe otra teoría relacionada con la astronomía. En ella los egipcios contaban durante la noche la aparición de diversas constelaciones en el cielo dividiendo a su vez a la misma en intervalos. Estos intervalos, supuestamente corregidos añadiéndole uno al principio y otro al final eran 12, lo que venía bien para dividir el día en dos mitades de 12 (haciendo correcciones para compensar que la duración de los días no era constante debido a las estaciones). La combinación del conteo egipcio con la relación astronómica sí que es posible que estableciese un sistema flexible y cómodo para representar las horas (como puede verse en algunos relojes de sol).

    Más info: http://www.xatakaciencia.com/sabias-que/por-que-el-dia-tiene-24-horas

    1-tmedicin-y-unidades-del-sistema-internacional-si-17-638Este sistema se perpetuó con los griegos y romanos (hago de nuevo mención al historiador Dión Casio el cual señaló la división del día en 24 segmentos de una hora). Y desde aquí, salvo algunas excepciones que detallaré en otras entradas, llegamos hasta 1967, año en el cual el sistema internacional cambió la forma de determinar un segundo (basado ahora en el tiempo atómico y definido como la unidad de referencia básica de tiempo), lo que alteró la concepción del día (realmente al basarse en modelos atómicos se aumentó muy notablemente la precisión a la hora de medirlo).

    Resumiendo, son muchas las conjeturas que se plantean pero muy interesante el intentar descifrarlas. En posteriores entradas (no consecutivas) analizaré otros calendarios que se usaron o se usan, como siempre adornados por una capa de interesantes curiosidades.

    ¡Hasta la semana que viene!

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