LA ROJIGUALDA, DE LOS MARES A LOS CIELOS
La entrada que vais a leer a continuación es el resultado de un largo trabajo. El objetivo es puramente divulgativo. Quiero presentar la explicación más simple, clara, amena y alejada de cualquier tipo de polémica de la historia de la bandera española. Así daré a conocer una realidad histórica y fomentaré el interés de los españoles por sus símbolos. O al menos por aquellos que nos representan ante el mundo.
Para que todo el contenido sea fácilmente digerible, voy a dividir el trabajo en dos partes. En la primera veremos la historia de la bandera en sí (color y forma). En la segunda, la historia y evolución de los escudos la han acompañado a lo largo de los siglos. Al final encontraréis la bibliografía consultada por si queréis profundizar.
LA CURIOSA PALABRA BANDERA
En la actualidad entendemos una bandera como un símbolo que engloba a una organización y por lo tanto a un número de personas. Pero es muy curioso señalar cómo esta palabra venía en la Edad Media a señalar a un elemento de menor rango. Según el “Código de las siete partidas” escrito por el rey Alfonso X “El Sabio”, encontramos entre otras la siguiente distinción:
- Estandarte: Sólo la debe emplear el monarca, por lo que su importancia es elevadísima.
- Seña: Destinada a los caudillos militares que tuvieran 100 o más caballeros vasallos o a los concejos.
- Pendón posadero: Destinado a los caudillos con un número de caballeros vasallos entre 50 y 100 y por los maestres y comendadores de las órdenes de caballería.
- Bandera: Destinada a los caudillos militares con un número de caballeros vasallos entre 10 y 50.
Es decir, de los principales vexiloides definidos, la bandera era uno de los de menor rango. Pero de forma curiosa, esta palabra ha ganado una enorme importancia en la historia.
BANDERAS DE ESPAÑA ANTERIORES A LA ROJIGUALDA
Podría tirarme semanas escribiendo al respecto, pero por motivos de espacios, iré al grano. Para ello voy a hacer zoom en determinados momentos mostrando algunos ejemplos partiendo de los Reyes Católicos.
Una de las primeras cosas que debemos tener claro es que hasta el siglo XVIII el concepto de nación no existía puramente como tal. Antes, las enseñas venían a representar o los títulos de la monarquía reinante en un territorio o los de la nobleza. Y aquí los reinos medievales y de la Edad Moderna en España no fueron una excepción. Las enseñas solían tener en su mayoría un único color de fondo, sobre el que se ponía el escudo de la casa real o nobiliaria. Por ejemplo, muchos de los paños que se han conservado de la época de los Reyes Católicos tienen tonalidades blancas o carmesíes (rojas).
Con la llegada de Carlos I, el amarillo hizo acto de presencia. Y lo hizo por ser un color imperial y Carlos, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Al ser la dignidad de emperador superior a la de rey, a este monarca se le conoce más por Carlos V (fue el quinto emperador Carlos del Sacro Imperio).
Otro detalle del periodo lo tenemos con la popularidad de las conocidas como cruces de San Andrés. Las mismas fueron traídas por su padre Felipe I el Hermoso (por tener derechos sobre la casa de Borgoña). Llegarían a ser muy famosas y se convirtieron en el símbolo distintivo de los tercios y la marina española .
Hasta la llegada de los Borbones al trono español, las banderas volvieron generalmente a usar el carmesí como color de fondo. Aunque evidentemente, al ser una enseña real, había variaciones (principalmente amarillo y en ocasiones blanco). Al llegar Felipe V y los Borbones en el siglo XVIII, popularizaron el color que los representaba, el blanco. El mismo comenzaría a usarse en bastantes banderas de la época . Y así, con ligeras modificaciones durante el reinado de Fernando VI, llegamos a la protagonista de nuestra entrada, el rey Carlos III.
EL NACIMIENTO DE LA BANDERA ROJIGUALDA ESPAÑOLA
Antes de meternos de lleno en el origen, hay un detalle que quiero apuntar sobre las banderas de las flotas navales. Cualquiera que conozca un poco la historia de España sabe la importancia que tuvo su marina de guerra y mercante. Sus enseñas surcaron los mares y pudieron ser apreciadas por navíos de otros países al igual que desde tierra. Esto ayudaría a que las mismas se convirtiesen en un elemento diferenciador a nivel internacional. Es decir, gracias a ellas, se identificaba a la monarquía española y sus navíos. En breve comprenderéis el porqué de este párrafo.
A finales del siglo XVIII, concretamente en 1785, Carlos III decidió crear una nueva bandera para la marina española. Entre las razones que motivaron el cambio, parece que la principal fue la de poder diferenciar a un navío español a lo lejos (esencial en el caso de buques de guerra). Y esto es así al tener en cuenta que el blanco no era únicamente utilizado por los borbones. Las enseñas de otros estados eran también blancas, lo que llevaba a confusión. Aunque no está confirmado, algunos historiadores creen que otro objetivo perseguido era diferenciarse de Francia. ¿Por qué? Pese a que ambos países reinaban los borbones y los monarcas estaban ligados por parentesco, las relaciones no iban a ser fáciles. Recordad que estamos a sólo 4 años del estallido de la revolución francesa.
Para ello el monarca encargó al ministro de marina, Antonio Valdés y Fernández Bazán, la presentación de diversas propuestas para escoger un ganador. En total se presentaron doce, que corresponden a las siguientes:
Supongo que os sonará la primera. Efectivamente, este diseño con tres franjas horizontales fue el escogido y la raíz más inmediata de la bandera nacional que usamos actualmente. Pero vayamos paso a paso.
Lo primero que llama la atención es que en el decreto que elegía la primera propuesta como enseña naval, se incluía el término nación. De esta forma no se aludía exclusivamente al monarca, pese a que en el despotismo ilustrado la nación y el rey venían a ser lo mismo. Otra particularidad es que el decreto reconocía a la enseña únicamente para uso de la marina y las plazas marítimas costeras. De este modo, fuera el ámbito naval la bandera no representaba nada.
En el mismo documento se añadió una particularidad interesante al modelo inicial con las tres fajas de color de igual anchura. Un estudio arrojó que a largas distancias la faja amarilla podría no diferenciarse claramente. Así, podría parecer que toda la bandera era roja, con la confusión que eso podría causar. Como resultado se decidió que la faja o franja amarilla tendría doble anchura, algo que sigue ocurriendo en la actualidad. A esta bandera se la conoció como la rojigualda, por ser la combinación del rojo y amarillo, conocido como gualda. Para aquellos que no lo sepáis, la gualda es un tipo de hierba de la que se obtenía el tinte amarillo.
A modo de curiosidad, la rojigualda vino a eliminar el aspa de San Andrés de las representaciones navales. Se acababa así con una tradición que duraba más de dos siglos y que había sido un símbolo muy representativa de sus ejércitos.
EL PORQUÉ DE LOS COLORES DE LA ROJIGUALDA
Antes de seguir, os invito que reviséis de nuevo las propuestas presentadas y ver aquellas que pudieron transformarse en la bandera actual. Algunas en mi opinión son realmente feas. Pasemos a preguntarnos la razón del uso del rojo y el gualda. Os adelanto que existen varias teorías:
- Facilidad en la identificación a grandes distancias al ser colores llamativos.
- Disponibilidad abundante de telas de estos colores en el mercado, lo que venía a suponer una fácil obtención de grandes cantidades de la misma.
- Los colores proceden de la corona de Aragón, ya que el escudo que acompaña a la rojigualda representa las armas de Castilla. Ésta es quizá la teoría que más suposiciones genera y probablemente la más romántica de todas. Esta teoría incluye los símbolos de los dos reinos motores de la creación de la nación Española, pero retrocedamos a la llegada de los Borbones a España. Castilla, como principal reino que los apoyó, se vio muy beneficiada y elevada a cabeza en contraposición con Aragón. Por cierto, el apoyo de Aragón al otro pretendiente durante la guerra de sucesión española le acabó costando la supresión de sus privilegios. Si seguimos este razonamiento, la bandera debería haber sido exclusivamente castellana.
- Pero se ha dado otra explicación. Antes de convertirse en rey de España, Carlos III lo fue de Nápoles. Apelando a una supuesta añoranza a esta tierra, se ha pensado que pudo querer incluir estos colores en el nuevo diseño. Colores que por cierto proceden a su vez del reino de Aragón.
Es muy probable que el mayor peso de la elección lo encontremos en los dos primeros puntos. Pero aún así no debemos descartar los otros dos. Y no hay que hacerlo porque el ser humano tiende a adornar de simbolismo todo lo que hace para darle un toque épico y romántico.
LA ROJIGUALDA EN LA GUERRA DE INDEPENDENCIA
Llegamos así siglo XIX, caótico para España. Por un lado, surgieron una enorme cantidad de banderas alternativas para representar a multitud de grupos sociales y políticos. Y por otro, la enseña naval bicolor caló hondo en el territorio nacional, sobreviviendo a esta época de inestabilidad.
La invasión de Napoleón, ocurrida en mitad de las peleas entre Carlos IV y su hijo Fernando VII, también se dejó notar en las banderas. Entre los movimientos de resistencia, se pueden apreciar variados símbolos locales con importante representación religiosa (siendo generalmente el color del fondo blanco). Pero la marina iba a dejar su impronta a lo largo del conflicto y no precisamente por su lucha en los mares. Hace nada vimos que la rojigualda se utilizaba únicamente para barcos y fortalezas costeras. Pero al ser los efectivos navales utilizados como puntos para reaprovisionamiento y defensa, sus símbolos ganaron protagonismo.
El ejemplo más claro lo tenemos en la ciudad de Cádiz, donde el gobierno resistió los envites franceses. La bicolor era bien visible en el puerto, incluyendo sus barcos y sistemas defensivos. Además, pronto ganó peso como símbolo diferenciador contra los franceses, provocando su reconocimiento y su ascenso social. A todo esto hay que sumar el hecho de que muchas tropas de infantería de marina eran utilizadas en operaciones en el interior del país. Así, la bandera rojigualda llegó a distintas regiones donde era presentada como el estandarte de las tropas de liberación del yugo francés.
LA ROJIGUALDA COMO BANDERA NACIONAL
Pero la convulsión posterior también afectaría a los símbolos, teniendo la rojigualda un uso y simbolismo muy variado. Primero la usaron los liberales como símbolo contra el absolutismo de Fernando VII. Años más tarde, fueron los Carlistas los que hicieron un uso oficial de la misma, en fuerte oposición a los liberales (paradojas del destino).
Ya sea porque fue usada por el Carlismo, o por influencias externas, aparecieron nuevas enseñas dentro del propio liberalismo. Vemos así ejemplos con tonos morados, verdes e incluso se llegó a usar la tricolor francesa (en relación a la revolución de 1789). Os podéis imaginar el caos vexilológico del periodo. Pero la rojigualda resistió de nuevo los envites y en 1843, bajo reinado de Isabel II, un Real Decreto la uniformizó para toda la nación y el ejército. Podemos poner aquí el contador a cero de esta bandera como enseña que venía a representar a todos los españoles.
Si seguimos la línea histórica, la rojigualda volvió a sobrevivir al caos. Ni el destronamiento de los Borbones con la revolución “Gloriosa”, ni la llegada de los Saboya pudo con ella. Es más, ni la primera república ni la restauración posterior de los Borbones le quitó su carácter oficial. Respecto a la tricolor republicana, mucha gente piensa que fue la enseña oficial durante la primera república. Esto no es cierto, ya que la rojigualda siguió siendo la oficial, aunque lógicamente se le suprimieron todas las referencias simbólicas a la monarquía. La restauración Borbónica posterior reinstauró los símbolos monárquicos pero como señalé no alteró los colores.
LA TRICOLOR ESPAÑOLA EN EL SIGLO XX
Con la llegada de la segunda república en 1931, se cambió a la bandera tricolor (roja-amarilla-morada) con todas las fajas de igual anchura. No se sabe a ciencia cierta quién y cuándo se creó, existiendo multitud de teorías al respecto. Una teoría muy extendida para el origen del morado alude a los comuneros de Castilla. Los comuneros fueron un movimiento de oposición a la monarquía de Carlos V en el primer cuarto del siglo XVI.
Ya sea por su simbolismo contrario a la monarquía, o por el carácter de nación más global, la teoría cuajó a nivel popular. Y lo hizo de tal forma que el morado sigue siendo un símbolo utilizado por los partidarios de un modelo republicano en España. Hay otras teorías, como aquellas que lo relacionan con la masonería o como un error cromático en relación a los comuneros de Castilla. Respecto a esto, hay que mirar al mal estado de conservación de las enseñas de los comuneros, sumadas a la degradación del color rojo. Con el paso del tiempo esta degradación provoca que algunos tonos sean fácilmente confundidos con el morado.
LA BANDERA ESPAÑOLA DESDE LA GUERRA CIVIL
En 1936, durante la guerra civil, el bando sublevado volvió a utilizar la bandera bicolor. Se dice que que tomó esta decisión para contentar a los carlistas, los cuales brindaron un importante apoyo a la sublevación. Y ahora vayamos con un hecho poco conocido. En los primeros meses del conflicto, los militares sublevados utilizaron la enseña tricolor gubernamental con sus símbolos e incluso algunos darían vivas a la república. Esto continuó ocurriendo en algunos lugares hasta 1938, cuando harían oficial el retorno a la rojigualda. Y también, y esto sigue generando polémica hoy en día, harían uso de símbolos inspirados en los Reyes Católicos, como el águila de San Juan.
Con la llegada de la dictadura de Francisco Franco tras la guerra civil española, la bandera republicana quedaría prohibida, volviéndose a usar la bicolor. De hecho, la bandera nacional a nivel oficial ya no dejaría de ser la rojigualda.
Así, la actual bandera española sigue siendo la misma definida en 1785 con la faja central de doble espesor, quedando así recogida en la constitución española de 1978. En cambio, donde si hubo variaciones fue en el escudo, análisis que haré en la entrada de la semana que viene.
CONCLUSIÓN
Espero que os haya gustado este repaso por las banderas de España. La próxima semana haré el mismo recorrido pero a través de los escudos de la nación española. Será una entrada con muchas imágenes y os aseguro que muy interesante. Dad por favor a conocer estos hechos a aquellas personas que os rodean, pues eso nos beneficiará a todos. ¡Un saludo!
¡NO TE PIERDAS LA SEGUNDA PARTE SOBRE LA HISTORIA DEL ESCUDO DE ESPAÑA!
Historia de los escudos de España
BIBLIOGRAFÍA
Gran parte de la información que presento ha sido obtenida de la siguiente fuente:
- Compendio de las banderas de España, 3º edición. Rafael Luís Gómez Herrera (Sociedad Española de Vexilología). Altamente recomendable.
Otras fuentes: