UN GRAN MILITAR LLAMADO BERNARDO DE GÁLVEZ
Ya hacía algún tiempo que no escribía sobre algún español olvidado y enterrado en nuestra historia, y hoy lo quiero hacer hablando de un personaje con una gran importancia, aunque debido a sus hechos su figura es más importante en EEUU que en la propia España.
Si digo que esta persona tiene una ciudad con su nombre en su honor en EEUU y que desfiló a la derecha del mismísimo George Washington en el desfile de la victoria de la guerra de la independencia de EEUU contra Gran Bretaña, puede resultar increible, pero es completamente cierto.
Y es que este español, Bernardo de Gálvez, iba a lograr grandes hazañas con el fin de preservar un imperio colonial, aunque resulte paradójico que semejante ayuda a los estadounidenses fuera tan poco tenida en cuenta por ellos y que a la mínima nos atacasen para obtener el territorio que le ayudamos a obtener o que obtuvimos de los ingleses tras la guerra.
Bernardo de Gálvez nació en Macharaviaya en la provincia de Málaga en 1746, sólo 5 años después de una gran hazaña llevada a cabo por Don Blas de Lezo, otro grande al que le dedicaré una entrada en un futuro. A muy temprana edad ingresó en la academia militar de Toledo y posteriormente participó en numerosas guerras tanto en Europa, América y el norte de África, donde recibe múltiples heridas pero donde empieza a demostrar su valía.
Pero su padre, con un cargo colonial importante en el territorio actual de EEUU lo llevó de vuelta a América. Esto le ocasionó una fama de enchufado, aunque el tiempo y sus acciones iban a demostrar que no era así. Tras la guerra de los siete años, España perdió Florida, pero Francia en compensación por su apoyo le cedió la Luisiana (un territorio extenso, aunque en la actualidad esté reducido a sólo un estado en EEUU, y del que podeéis ver en la foto su extensión cuando EEUU la compró a Francia en 1804). Bernardo fue nombrado gobernador de la Luisiana occidental en 1776 (que incluía entre otras zonas territorios de Texas, Nuevo México y Colorado).
Entre sus medidas, refundó una ciudad en Texas, que llevó su nombre en su honor: Galvez Town, que con el paso de los años pasó a ser Galveston, ciudad que en la actualidad está hermanada con Málaga debido a Bernardo.
Pero mientras todo esto ocurría, se estaba desarrollando la tan cacareada guerra de la independencia de los EEUU. Aunque la postura oficial de España fue de una neutralidad inicial, Gálvez y sus hombres fueron suministrando armas y pertrechos a las milicias sin descanso. Las razones de esto radican por un lado en la fuerte enemistad anglo-española de la época, en parte por la rivalidad colonial, y por otro lado en que los sectores más importantes de la sociedad española en la Luisiana veían la pérdida de Florida como un insulto de modo que cumplían su venganza poco a poco ayudando a los enemigos de Gran Bretaña.
Gálvez centró su tácticas de dos formas distintas: La primera consistío en permitir el paso de milicianos yankees por todo su territorio, al mismo tiempo que los pertrechaba y obtenía información de ellos. Y la segunda, sabiendo que el puerto de Nueva Orleans era muy estratégico para los ingleses, mediante un golpe de mano, lo bloqueó y asaltó y capturó los fuertes cercanos utilizando una mezcla de tropas coloniales y españolas. Con esta acción expulsó la amenaza inglesa de la cuenca del rio Mississipi. Pero todo esto, sumado a la delicada situación diplomática, desembocó en una guerra formal entre España y Gran Bretaña. Aunque los ingleses tenían varios frentes abiertos (asedio de Gibraltar, peligro de invasión por parte de Francia, la zona del caribe y la propia guerra en EEUU), su potencial era tan elevado que aún así el imperio colonial español corría peligro. Entonces Gálvez ideó dos golpes de mano aprovechándose que los mensajes de declaración de guerra entre España y Gran Bretaña llegaron antes a las tropas españolas en América que a las inglesas.
Por un lado asaltó la Florida Occidental tomando las ciudades de Mobila y Pensacola y por otro tomó las Bahamas y amenazó con tomar más islas caribeñas. Los ingleses, habiendo sufrido varias derrotas, y viendo peligrar gran parte de su imperio, accedieron a firmar la paz. Tras esta guerra España recupero Florida en su totalidad y se ganó «momentaneamente» el apreció de la cúpula de poder estadounidense. Como mencioné al principio, desfiló junto a Washington en el desfile de la victoria, un honor tan grande como olvidado.
Todo esto le valió muchas condecoraciones y reconocimientos, llegando a ser el virrey de Nueva España tras la muerte de su padre en 1785. Pero, sólo pudo disfrutar un año del cargo, pues murió en 1786, no estando claras las causas de su muerte. Y no están claras porque se sospecha de que pudiese ser envenenado, debido a las envidias que despertó su persona tanto en América como en la propia España. Tras su muerte, su cuerpo fue trasladado a Ciudad de México, donde reposan sus restos actualmente.
¿Y qué se puede sacar de todo esto? Primero que los españoles tendemos a olvidar nuestra historia, echándola al baúl del olvido, y que sólo la sacamos para denostarla e insultarla. Evidentemente las acciones de Gálvez no fueron pacíficas, pero dedicó su vida a lucha por lo que creía y que eso permitió disfrutar a España de un status importante en América durante muchos más años.
Respecto a los reconocimientos, Gálvez tiene su cierta reputación en EEUU, pero el hecho del abandono español a su causa, ha significado que por ejemplo Francia, que aunque ayudó también en la guerra, se haya llevado todo el mérito cuando es cierto que no fue tan decisiva como lo fue España por tierra y mar. Tal es el punto, que el francés encargado de la ayuda a los americanos, el Marqués de La Fayette sea considerado como el gran héroe extranjero de la guerra (habiéndose rebautizado una ciudad en su honor en Louisiana), condenando a un segundo puesto al hombre que si se partió el pecho por EEUU (aunque fuera porque eso le convenía a su país), el gran Bernardo de Gálvez.
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